Desde que se inició la guerra en Siria, el gobierno de Estados Unidos ha expresado públicamente su apoyo militar y económico a los mercenarios que tratan de tomar el poder. Pero como éstos retroceden, el gobierno norteamericano quiere atacar directamente bajo la “excusa” de que el ejército sirio utilizó armas químicas. El ataque debilitaría al Ejército y facilitaría la entrada de mercenarios desde Jordania. Pero en ese intento, Estados Unidos solo tuvo el apoyo de Francia y de Israel. Y ante la propuesta rusa de que Siria destruya sus armas químicas, los agresores se quedaron sin política.
Lo que se discute ahora no es el posible ataque a Siria, sino cómo se destruirán las armas químicas del gobierno, que fue lo que propuso Rusia y aceptó Bashar El Asad. Como Obama y quienes mandan en Estados Unidos saben que es difícil atacar, ahora “justifican” su reculada diciendo que el gobierno sirio debe destruir sus armas químicas, o sea, repitiendo la propuesta ruso-siria.
Son muchas las razones por las que Estados Unidos quiere controlar a Siria. Veamos algunas:
1. Fortalecer su presencia en Euroasia, pues Siria une a ambos continentes.
2. Golpear a Rusia en su zona de influencia.
3. Acorralar a Irán, que podría ser el siguiente blanco de ataque. Irán tiene la segunda reserva mundial de gas y la quinta de petróleo.
4. Impedir la construcción del gasoducto Irán-Iraq-Siria, financiado por Irán y Rusia y que exportará gas a Europa.
5. Fortalecer el dominio de Israel sobre los recursos hídricos de Siria en los Altos del Golán.
El control de Siria y su expansión en esa zona del mundo también le permitiría a Estados Unidos recuperar la hegemonía perdida. El FMI estima que en el 2016 China será la primera economía del planeta, con el 17% del PIB mundial, contra un 16% de Estados Unidos. China ya es la primera potencia exportadora y Estados Unidos es la tercera, superada incluso por Alemania. El fin del reinado del dólar se acerca.
Pero la nueva correlación de fuerzas a escala mundial le dificulta al gobierno norteamericano hacer todo lo que quiere. Rusia, China, Irán y los gobiernos de izquierda y progresistas de Suramérica son demasiado fuertes y no dejarán que el imperio actúe donde se le antoje.
Todo parece indicar que el plan de Estados Unidos y Francia se vino abajo. Siria tiene apoyo de Rusia e Irán y suficiente poderío militar para golpear a Israel y a las tropas de la OTAN en Iraq y Líbano. Y ante un ataque de Estados Unidos, Rusia podría desconocer las sanciones contra Irán e interrumpir los suministros de la OTAN a sus tropas en Afganistán desde sus bases en Kazajistán y Kirguistán.
Como la población europea entiende las implicaciones de un conflicto que se salga de control, ni el Parlamento inglés apoyó la agresión. La ONU tampoco la respaldó. Además, Rusia y China tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad. Para el gobierno de Estados Unidos, actuar sin muchos aliados y enfrentarse a Rusia es demasiado complicado.
Obama sabe que un ataque a Siria generaría un conflicto muy grande e impredecible. Por eso trató de comprometer al Congreso, aunque es casi seguro que éste no delibere sobre el tema porque Rusia parece que impuso su poder.
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