CIA Paid Guantánamo Bay Prisoners to Become Double Agents

Published in El País
(Spain) on 26 November 2013
by Yolanda Monge (link to originallink to original)
Translated from by Catriona McDermid. Edited by Gillian Palmer.
Not far from the administrative offices in the Guantánamo Bay detention center, the CIA built eight small buildings that became known as “The Marriott” because of the comforts they offered in comparison to the conditions and spartan regime imposed on the prisoners in the main cells. With hundreds of prisoners arriving at the U.S. military base in Cuba to spend their days languishing in their cells, the CIA designed a program to recruit some of the most dangerous al-Qaida terrorists. The program was named Penny Lane, after the famous song by the Beatles.

Active and retired staff members from Guantánamo told the Associated Press news agency that the plan, which was implemented between 2003 and 2006, was to infiltrate these prisoners—on CIA salaries—into terrorist cells that they had previously been members of and convert them into U.S. government informants.

The plan was not risk-free. In fact, the risks were high: There was always the possibility that these men, once set free in their own countries, would betray the agency and conspire against the U.S. The program was created during the George W. Bush administration; there was also a danger that the former prisoners would become triple agents, or simply end up passing false information to the CIA in Langley, Virginia, that would lead to erroneous drone attacks on civilians in Yemen and Afghanistan.

There are no exact figures for the total number of prisoners who were recruited to Penny Lane, but it is thought that only around a dozen were considered and only a small fraction of these actually ended up working for the CIA. At its peak capacity, Guantánamo was home to 779 prisoners; today there are only 166.

The eight small buildings were built behind a little hill, further hidden from view by bushes and high cactus. Penny Lane was the counterpart to another secret installation in Guantánamo known as Strawberry Fields—after another song by the legendary British band—where “high value detainees” were housed, those who were never likely to be released and would be imprisoned on the island permanently, as suggested by the song’s full title, “Strawberry Fields Forever.”

Those who were part of the program had a life that could be considered privileged in the gulag that is Guantánamo, having access to such simple luxuries as real beds—the regular prisoners sleep on cots. The bungalows had private kitchens, showers, their own televisions and a small yard. According to AP, some prisoners requested—and received—pornographic material.

Although only a few prisoners were recruited as double agents, the program attracted the attention of President Bush, who interviewed a young man who had recently returned from Afghanistan, where the CIA generally liaises with its agents. Barack Obama was also aware of the CIA program, although in his case it was after he took power in 2009 and ordered an investigation of the ex-prisoner double agents and an analysis of its results, that he started to use Predator drones, according to a high-level AP reporter.

The CIA has put huge efforts and resources into infiltrating al-Qaida. Those who were candidates to swell the ranks of Penny Lane—the buildings can still be seen on satellite images—had to have genuine links with terrorism and, in order to be of use to the CIA, had to be able to re-establish these links with the group then led by Osama bin Laden.

The U.S. government had such high expectations for Penny Lane that an ex-intelligence agent remembers discussions about possibly releasing two Pakistani prisoners on U.S. student or business visas, in the hope that they would be able to set up links with al-Qaida and lead the authorities to members of a cell in the U.S. However, another high level ex-intelligence agent has denied this, according to the AP report.

There were various reasons why the prisoners agreed to work for the CIA, including the promise of safety and economic security for their families—the agency paid these agents millions of dollars through an account known as Pledge. Despite this costly investment, it is not known whether the double agents ever provided any useful information to the U.S. espionage network, or whether any al-Qaida members were captured or killed as a result of their work. Over time, some agents simply stopped passing information and disappeared off Langley’s radar.

The agents who were interviewed acknowledged that al-Qaida was always aware that this program might exist; as a result, its leaders tended not to trust those who returned from Guantánamo, which was a major threat to the success of Penny Lane.


La CIA pagó a presos de Guantánamo para que fueran agentes dobles

El programa, conocido como Penny Lane, infiltraba a miembros de Al Qaeda en sus países de origen para que reportaran de vuelta a Langley

Yolanda Monge Washington 26 NOV 2013

No muy lejos de las oficinas administrativas del centro de detención de Guantánamo, la CIA construyó ocho pequeñas viviendas que fueron bautizadas como El Marriot, debido a las comodidades que ofrecían frente a las condiciones y régimen espartano impuesto en las celdas de los presos comunes. Con cientos de presos llegando a la base naval militar de EEUU en Cuba –que pasarían los días languideciendo en sus celdas-, la CIA diseñó un programa para convertir en agentes dobles a algunos de los más peligrosos terroristas de Al Qaeda y lo bautizó como Penny Lane (la famosa canción de los Beatles).

El plan –ejecutado entre 2003 y 2006- era infiltrar a esos presos -a sueldo de la CIA- en las células terroristas en las que participaban en sus respectivos países y convertirles en informantes del Gobierno norteamericano, según han relatado funcionarios retirados y en activo a la agencia Associated Press.

El plan no estaba exento de riesgos, altos riesgos, ya que siempre existía la posibilidad de que una vez puestos en libertad en sus países, esos hombres traicionaran a la agencia de inteligencia y conspirasen contra EEUU. El programa se creo durante los años de George W. Bush en la Casa Blanca y también entrañaba el peligro de que esos agentes decidieran dar otra vuelta de tuerca a su estatus y convertirse en agentes triples, o sencillamente acabaran pasando información falsa a Langley que provocara ataques con drones erroneos sobre poblacion civil en Yemen y Afganistán.

El programa se creo durante los años de George W. Bush en la Casa Blanca y también entrañaba el peligro de que esos agentes decidieran dar otra vuelta de tuerca a su estatus y convertirse en agentes triples

No existen cifras exactas sobre el número total de presos que fueron reclutados para la operación Penny Lane, pero se estima que tan solo una docena fueron considerados y una pequeña fracción de ese número acabó trabajando para la CIA. En el mayor pico de ocupación del centro de detención, Guantánamo llegó a albergar a 779 presos. Hoy en día son 166 los hombres encerrados.

Las ocho pequeñas viviendas estaban ocultas detrás de un pequeño cerro y quedaban fuera de la vista debido a la maleza y altos cáctus. Penny Lane era la contraparte de otra instalación secreta de Guantánamo conocida como Strawberry Fields –otra canción de la mítica banda británica-, donde se encerraba a los presos “de alto valor” y cuyas probabilidades de abandonar en algún momento la isla eran nulas y estarían por siempre jamás encerrados, algo que indicaba la canción con el añadido de Forever (Strawberry Fields Forever).

Quienes formaron parte del programa tuvieron una existencia que se puede considerar privilegiada dentro del gulag que es Guantánamo, ya que vivían con lujos tan simples como tener una cama, algo de lo que carecen los presos regulares, que duermen en catres. Los bungalós tenían cocinas privadas, duchas, sus propias televisiones y un pequeño patio. Según informa AP, algunos prisioneros solicitaron –y recibieron- material pornográfico.

Aunque la cifra de agentes dobles reclutados fue muy pequeña, el programa atrajo la atención del presidente Bush que se entrevistó con un joven que había regresado de Afganistán, donde generalmente la CIA se reunía con sus agentes. Barack Obama también tuvo conocimiento del plan de la CIA, aunque en su caso fue después de asumir el cargo en 2009 y ordenar que se investigase a todos esos expresos que eran agentes dobles y se analizase la información que pasaban para usarse en los ataques con los drones Predator, según relató un alto funcionario a AP.

Quienes formaron parte del programa tuvieron una existencia que se puede considerar privilegiada en el 'gulag' que es Guantánamo,ya que vivían con lujos tan simples como tener una cama, algo de lo que carecen los presos regulares, que duermen en catres. Los bungalós tenían cocinas privadas, duchas, sus propias televisiones y un pequeño patio. Algunos prisioneros solicitaron –y recibieron- material pornográfico

La infiltración de Al Qaeda ha sido una de las metas a la que más esfuerzo ha dedicado la CIA. Los candidatos a engrosar las filas de Penny Lane –todavía hoy visibles sus instalaciones a través de fotos satélite- tenían que tener vínculos legítimos con el terrorismo y, para ser de valor para la CIA, tenían que poder reestablecer esos vínculos con la red terrorista que entonces lideraba Osama Bin Laden.

El gobierno de Estados Unidos tenía tales esperanzas en Penny Lane que un ex funcionario de inteligencia recordó discusiones sobre si incluso liberar en secreto a un par de paquistaníes dentro de Estados Unidos con visas de estudiante o de empresario, con la esperanza de que establecieran vínculos con Al Qaeda y condujeran a las autoridades a miembros de una célula en Estados Unidos. Otro ex alto funcionario de inteligencia dijo que eso nunca sucedió, siempre según la agencia de noticias.

Los prisioneros aceptaban ser captados por la CIA por diferentes razones, pero entre ellas estaba el hecho de que se prometía seguridad y holgura económica para sus familias –la CIA pagó a esos agentes millones de dólares de la cuenta bautizada como Pledge (Compromiso)-. A pesar de la costosa inversión se desconoce si esos dobles agentes llegaron a proporcionar información de valor para el espionaje norteamericano o si concluyó con algún miembro de Al Qaeda capturado o muerto. Con el tiempo, algunos agentes, sencilamente, dejaron de pasar información y desaparecieron del radar de Langley, sede de la Agencia en Virginia.

Los funcionarios entrevistados reconocen que Al Qaeda siempre tuvo en cuenta que tal programa se podía poner en marcha, por lo que desconfiaban de todos aquellos que regresaban a sus filas con las credenciales de haber pasado por Guantánamo, lo que amenazaba el éxito de Penny Lane.
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