Las bibliotecas en Estados Unidos preocupadas por el espionaje de la NSA
El espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense preocupa hoy a las bibliotecas que apoyan una ley para defender la libertad de leer e investigar lejos de las miradas indiscretas del Gobierno.
En ese sentido, esos centros respaldan una medida legislativa para poner freno a los poderes de la NSA, destaca este miércoles el diario digital The Hill, especializado en temas del Congreso, al describir el clima de preocupación existente.
Es necesario tener un poco de libertad para aprender lo que es importante sin tener que preocuparse acerca de si se termina en algún archivo del FBI (Buró Federal de Investigaciones), dijo Alan Inouye, director de la Oficina de Política de Informática en la American Library Association (ALA).
En virtud de la Ley Patriota, por ejemplo, el FBI tiene el poder de obligar a las bibliotecas a entregar datos de los usuarios.
Agrega el medio de prensa que las actividades de la NSA parecen ir mucho más allá de la labor policial tradicional, lo que refleja un hambre casi voraz de recogida de información, de acuerdo con Lynne Bradley, director de la Oficina de Relaciones Gubernamentales de la ALA.
The Hill precisa que los documentos filtrados por el excontratista de la NSA Edward Snowden muestran que esa agencia recogió grandes cantidades de “metadatos” en la actividad de Internet y las llamadas telefónicas, los cuales reflejan cuándo se hicieron las comunicaciones, quién estuvo involucrado y cuánto tiempo duró.
Esos centros de estudio tienen registrado cuándo un usuario inicia una sesión en un ordenador de ellos, los sitios web que visitan, cuándo los libros se toman prestados y devueltos, lo cual parece encajar en el molde de lo que busca la agencia espía.
Estamos hablando de los patrones de información de personas. Si eso no es personal, no sé qué es, aseguró Inouye.
Al igual que las compañías de Internet, las bibliotecas tienen la prohibición de revelar las peticiones de la NSA y el ALA se preocupa de que las bibliotecas locales están obligadas a guardar silencio sobre el espionaje gubernamental.
Según Greg Nojeim, director del Centro para la Democracia y la Tecnología del Proyecto de Libertad, Seguridad y Tecnología, existe una gran variedad de mecanismos judiciales que el Gobierno puede utilizar para obligar a las bibliotecas a entregar la información, dijo y añadió que la preocupación es ciertamente legítima.
La norma para enfrentar las prácticas de la NSA es promovida por el representante republicano James Sensenbrenner y es conocida como la Ley de Libertad de Estados Unidos.
No queremos que los usuarios de bibliotecas sean vigilados porque eso va a inhibir el aprendizaje, la lectura y la creatividad, puntualizó Inouye.
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