Mandela: An Example and an Inspiration for Obama?

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Difícil imaginarse que el presidente Enrique Peña Nieto invitaría a su predecesor Felipe Calderón o a quienes fueron sus rivales, a viajar con él a Johannesburgo para asistir a los funerales de Nelson Mandela. Sin embargo, en un buen ejemplo de una democracia que funciona, o quizás en un callado homenaje al líder sudafricano que se fue, Obama llevó consigo al hombre que le antecedió en el puesto y a la mujer que podría sucederlo en la Oficina Oval.

Con el presidente de Estados Unidos y su esposa Michelle, abordo del Fuerza Aérea número Uno viajaron a la ceremonia luctuosa el ex presidente George W. Bush, su esposa Laura y quien fuera también Primera Dama, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, considerada como quien más posibilidades tiene de llegar a la Casa Blanca en 2016.

Para los analistas el vuelo de 16 horas que estos políticos hicieron juntos es el más grande testimonio de la influencia que Mandela causó en la vida de los funcionarios públicos estadunidenses, que lo consideran el ejemplo a seguir en busca de reconciliación y unidad a pesar de las diferencias.

Sin embargo, no es la primera vez que un jefe de la Casa Blanca invita a viajar con él a quienes lo precedieron. En 1981 Gerald Ford y Jimmy Carter compartieron el vuelo a Egipto para los funerales del asesinado presidente Anwar el-Sadat; en 2004 Bush y Bill Clinton fueron juntos a Asia para recorrer las áreas devastadas por el tsunami. Pero aún así no deja de llamar la atención el gesto de Obama en tiempos como los actuales, cuando esta capital y todo el país parecen más divididos políticamente que nunca.

De esta manera, el homenaje a Mandela se convirtió en una rara ocasión en que se reúnen Obama y casi todos los ex presidentes que siguen vivos, sin importar de que partido. Clinton viajó directamenete de Río de Janeiro donde estaba de visita y Carter, que fuera gran amigo de Mandela, viajó por su cuenta. George H.W Bush, el padre, con 89 años de edad, ya no está en capacidad de hacer viajes largos, dijo su portavoz.

Para Obama, a quien frecuentemente se le compara con Mandela porque ambos fueron electos como el primer presidente negro de su país, ambos ganaron el Premio Nobel de la Paz y ambos gobernaron y vivieron en naciones marcadas por la desigualdad y el racismo, el fallecido presidente de Sudáfrica fue un ídolo y una influencia que él mismo ha dicho, marcó su existencia: “No me puedo imaginar mi vida sin el ejemplo que él nos dio”, ha dicho el mandatario, quien al parecer estudió los discursos y escritos del líder sudafricano en su época de universitario.

“El día que Mandela fue puesto en libertad después de 27 años en prisión entendí lo que los seremos humanos pueden hacer cuando se dejan guiar por la esperanza y no por el miedo”, ha dicho Obama.

Para cuando Obama llegó a presidente, Mandela se había retirado ya de la vida pública. No obstante en un último viaje que hizo a Washington en 2005, quiso conocer al entonces joven senador que ascendía a pasos agigantados en la política y lo invitó a su hotel. La foto del encuentro adorna hoy la oficina personal del ahora mandatario.

Después de eso Obama y Mandela sólo tuvieron cortas conversaciones telefónicas, incluyendo cuando el líder sudafricano le llamó en 2008 para felicitarlo por su triunfo electoral y Obama lo llamó en 2010 tras el accidente automovilístico en que falleciera una nieta de Mandela. El 2011 la Primera Dama y sus hijas Malia y Sasha estuvieron con él en Sudáfrica, pero ya estaba demasiado débil y enfermo para recibir visitas cuando Obama hizo al viaje a ese país meses después.

La muerte de su ídolo, le llega al presidente Obama en momentos en que mas inspiración necesita para sacar a flote su presidencia, cuando cuenta con aprobación mínima del público, estancamiento política sin precedentes y cuando parece muy lejana la posibilidad de que pueda cumplir su promesa de lograr que este país deje atrás las divisiones de clases y de razas que prometió en campaña.

De acuerdo al Washington Post la euforia del público que este martes aclamó al presidente estadunidense en el estadio de Soweto y otros viajes que el mandatario ha hecho al extranjero dejan ver que fuera de aquí Obama y su vida todavía inspiran a muchos. Según el diario la manera en que su discurso fue recibido podría proporcionarle al presidente la inspiración que le falta a su administración para encontrar nuevas maneras de hacerle frente a sus opositores políticos.

El tema del discurso de Obama fue la reconciliación, política y personal y ésta pareció tener su mejor ejemplo en el apretón de manos con el presidente cubano Raúl Castro, un hecho que seguramente le acarreará fuertes críticas de los republicanos. Ya de por sí aquí los ataques no han faltado: ¿Por que fue al funeral de Mandela y no asistió al de Margaret Thatcher? .¿Viajó a Sudáfrica para desviar la atención del público frustrado con el fracaso de su ley de salud? Y, ¿cómo es que si sólo lo vio una vez Mandela influyó tanto en su vida? Inspirado o no el presidente ha llegado a un punto en que no gana.

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