A Visa for Deguis Pierre

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La visa a Deguis Pierre

¿Cómo considerar la decisión de Estados Unidos de conceder un visado a una ciudadana indocumentada y al mismo tiempo asignarle una nacionalidad que no le ha sido otorgada por el país que la acoge?En el papel donde el gobierno norteamericano estampó el visado a la señora Juliana Deguis Pierre le atribuye la nacionalidad dominicana, pese a que las instituciones nacionales no se la han concedido.

El poder que ostenta Estados Unidos sobre la tierra lleva a sus autoridades a la conclusión de que pueden hasta otorgar nacionalidades en terceros países. No habría que descartarlo, porque como nación poderosa, con capacidad para sancionar y pretender aislar a un país tan importante como Rusia, ¿qué no se puede hacer con una república bananera del Caribe?

Esa soberbia también lleva a Estados Unidos a otra conclusión. Puede promover la disolución de las instituciones en otros países, lo que tampoco es extraño a su práctica histórica. Más bien, la desestabilización forma parte de sus reglas. Como traspatio que somos, sería menos que nada. Asignar una nacionalidad que República Dominicana no ha reconocido, es desconocer la autoridad del Estado nacional.

Ese Estado es el mismo que utiliza sus escasos recursos materiales y sus cuerpos represivos para impedir que ilegales viajen a territorio norteamericano. Si las autoridades nacionales fuesen consecuentes con esa acción de EEUU, permitirían que los ilegales que se embarcan en la búsqueda de la felicidad viajasen libremente, como lo pretendía hacer Deguis con un “visado humanitario”, sin ningún otro tipo de documentación.

En cualquier caso, Estados Unidos, muy consciente del estatus de la ciudadana Deguis Pierre, se prestó a un montaje para desacreditar la imagen de la República Dominicana. Porque ¿desde cuándo se viaja desde alguna nación hacia territorio norteamericano sin documentación legal?

Muy afortunadas las declaraciones del ministro de Interior y Policía, Ramón Fadul: “… Aquí hay reglas, hay orden, este es un Estado que, aunque tiene ciertas debilidades y dificultades, es soberano, con instituciones, con respeto a las leyes y al ordenamiento jurídico…”.

Estados Unidos debe guardar las formalidades y respetar la República Dominicana.

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