La violenta escalada en Ucrania dejó en claro que las sanciones económicas impuestas contra Rusia no están funcionando. El fracaso, anticipado por Clarín hace ya varios días, ha creado un gran debate en Washington sobre qué hacer de ahora en más.
La intervención militar fue descartada de entrada. No sólo existe la mala experiencia en Irak y Afganistán sino que además el presidente Barack Obama piensa que su colega ruso, Vladimir Putin, no quiere un conflicto militar con Occidente. “Comprenden que nuestras fuerzas convencionales son significativamente superiores a las rusas”, explicó.
¿Cómo lograr eso cuando Rusia tiene 40.000 tropas listas para invadir Ucrania y los 47 muertos del viernes en Odessa le dieron un motivo para hacerlo? ¿Cómo disuadir a Putin de una intervención mayor en Ucrania? Por el momento, se barajan solos dos opciones: sanciones económicas más fuertes y/o el envío de ayuda militar al ejército de Kiev. Hasta ahora, las sanciones económicas estuvieron dirigidas contra políticos y empresarios cercanos a Putin. En Washington se dice que ya hubo una fuga de capitales rusos de casi US$ 80.000 millones y que la situación económica rusa se deterioró. Pero, según Goldman Sachs, para cuando Obama anunció las primeras sanciones, el rublo y los mercados que estaban cayendo en picada ya habían comenzado a estabilizarse.
Hay quienes argumentan ahora, sin embargo, que si en los próximos días se imponen sanciones contra el sector energético, el impacto sería mucho más fuerte. El problema es que British Petroleum posee el 20% de la rusa Rosfnet y que el 6% de la producción de Exxon Mobile proviene de Rusia. Además, Europa es una de la principales consumidoras del gas ruso. Es decir, las nuevas sanciones no sólo perjudicarían a Rusia sino también a Occidente.
Es verdad también que las sanciones no han funcionado en ningún lado. Los ejemplos más flagrantes son Cuba y Corea del Norte. De hecho, la sanciones son siempre un paso intermedio entra la diplomacia y la guerra. También hay otro: el envío de armas y equipos militares al ejército de Ucrania.
Los republicanos presionan en favor de esta opción. Obama se resiste. “¿La gente piensa que el envío de armas podría disuadir al ejército ruso?”, preguntó hace poco tras haberle negado a Kiev el envío de visores nocturnos para sus soldados. De hecho, si Putin no invade Ucrania es porque no quiere pagar el alto costo político que eso significaría. Por el momento, prefiere desestabilizar la situación con fuerzas especiales como lo está haciendo ahora. Pero eso podría cambiar en cualquier momento.
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