El Tribunal Supremo humilla a Obama
El Tribunal Supremo le ha dado un enorme revés a Barack Obama, y en el peor momento. Ha declarado inconstitucionales unas órdenes ejecutivas por las que nombró a varios miembros de la Administración sin contar con el visto bueno del Senado. Es privilegio del presidente de los Estados Unidos proponer a las personas que ocuparán cargos de relevancia en la Administración, así como todos los jueces federales, incluyendo a los del Tribunal Supremo. Pero sus propuestas tienen que contar con el “sí” del Senado para ser legales. Obama prefirió gobernar “por decreto”, por medio de órdenes ejecutivas, y hacer una serie de nombramientos durante el período de inactividad del Congreso, el llamado “receso”.
La Cláusula del receso de la Constitución permite al presidente designar a altos cargos de la Administración, por un período de hasta dos años, si el Senado está en un “receso”. Esto es lo que hizo Barack Obama.
En principio, pues, las acciones de Obama están respaldadas por la ley. Pero las circunstancias le dan otra luz a los nombramientos hechos por el presidente. Porque había estado luchando con el Senado, pese a tener mayoría demócrata, para lograr su aprobación. Y aprovechó un receso del Senado, más su facultad de designar nombramientos en ese período, para hacerlo. Es decir, que la decisión está formalmente dentro de la ley, pero busca objetivos que son contrarios a ella. Es, en suma, un fraude de ley.
La opinión de la mayoría la ha redactado el juez Stephen Breyer, y ha sido firmada por el resto de jueces. Una decisión de 9-0 contra la posición de Barack Obama que es un revés de enorme trascendencia política. Considera Breyer que un receso de 10 días, como el que se tomó entonces el Senado, es un período “presumiblemente demasiado breve” como para habilitarle para hacer esos nombramientos sin la aquiescencia del Senado. Ahora bien, Breyer no ha querido ir más allá. Señala que “Somos renuentes a importunar esa práctica tradicional”, la de hacer nombramientos durante los recesos del Senado. Pues “hacerlo restringiría en gran medida una autoridad que los presidentes han creído que tienen y que han ejercido durante mucho tiempo”.
Le han acompañado los otros cuatro jueces progresistas, más Anthony Kennedy, que suele variar entre progresistas y conservadores. Por lo que se refiere a estos últimos, habrían firmado una posición más dura, pero han preferido sumarse a la redacción de Stephen Breyer.
La opinión de los conservadores ha sido redactada por Antonin Scalia. Lamenta que “la decisión del Tribunal transforma el poder de nombramiento durante los recesos de un instrumento cuidadosamente diseñado para cubrir una necesidad específica, en un arma que pueden utilizar los futuros presidentes contra los futuros senadores”.
En cualquier caso, la decisión del Tribunal Supremo no sólo es muy dura contra la Administración Obama, sino que llega en un momento especialmente inoportuno para el presidente demócrata. El líder de la mayoría republicana en el Congreso, John Boehner, ha anunciado que llevará a Barack Obama a los tribunales. El motivo es precisamente el abuso, por parte del presidente, de las órdenes ejecutivas, como las que acaba de declarar ilegales el Tribunal Supremo. El motivo es que Boehner entiende que Obama abusa de su prerrogativa de dictar órdenes ejecutivas, cuya función es la de aclarar y hacer cumplir las leyes, como un método para “gobernar por decreto”, saltándose la necesidad de contar con el Congreso y, en concreto, con la Casa de Representantes. Este movimiento iniciado por Boehner es un primer paso hacia el impeachment; es decir, hacia la recusación del presidente Obama.
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