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Posted on July 2, 2014.
• Washington persigue por todos los medios evitar la fractura del país del Golfo Pérsico
• ‘Irak está haciéndose pedazos’, apunta por su parte el máximo dirigente kurdo
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se pasea en la mañana del martes por Erbil, la capital de la región autónoma kurda, a fin de convencer a su presidente, Masud Barzani, de que no enfile el camino de su independencia. La misión del enviado de Washington consiste en evitar la fractura definitiva entre la autoridad central bagdadí y la autonomía kurda, consistente en tres provincias norteñas ricas en petróleo.
El levantamiento musulmán suní de hace dos semanas en el centro de Irak, monopolizado por el grupo armado Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), ha ahondado en esta división, que ya era incipiente debido a las peleas recientes por los beneficios del oro negro.
En palabras de un miembro de la delegación estadounidense, se trata de una visita “muy importante, tanto para entenderse con el líder kurdo como para animarle a adoptar un rol activo en la elección de un nuevo presidente [iraquí] que pueda representar tanto los intereses kurdos como iraquíes”.
Irak sigue sin gobierno desde las elecciones del 30 de abril pasado. Hacer a Erbil partícipe de la nueva administración es, para los americanos, una forma de mantener cohesionado el país. Antes de pisar suelo kurdo iraquí, John Kerry estuvo en Bagdad. Allí, el primer ministro en funciones, Nuri Maliki, le prometió que remacharía en breve un nuevo gobierno más inclusivo.
“Irak está, obviamente, haciéndose pedazos”, aseguró el máximo dirigente kurdo iraquí en una entrevista al canal CNN emitida en la noche del lunes. “Es obvio que el gobierno federal o central ha perdido el control. Todo se está derruyendo: el ejército, los comandos, la policía”.
La ‘oportunidad’ turca
Una situación caótica tornada en oportunidad que los kurdos apenas disimulan: “Nosotros no provocamos la caída de Irak. Fueron otros”, recordó Barzani. “Y no podemos permanecer rehenes de lo desconocido”, remató el político del Partido Democrático Kurdo (KDP) en su intervención televisiva.
El ejército kurdo (los ‘peshmerga’), ocupó la ciudad de Kirkuk la semana pasada aprovechando la huida en desbandada de las fuerzas de seguridad de Bagdad ante el avance del ISIS. Esta ciudad ha sido durante años objeto de deseo del gobierno de Erbil.
La ingente cantidad de petróleo guardada en el subsuelo de Kirkuk permite la emancipación económica de los kurdos, enfrascados durante meses en una batalla con Bagdad con el objeto de aumentar su fracción en el repartimiento de los dividendos de la venta de petróleo.
A esto se suma el reciente acuerdo alcanzado, al margen de Maliki -y para enfado mayúsculo de éste- entre el gobierno autónomo kurdo iraquí y Turquía, para bombear petróleo hasta el puerto turco de Ceyhan. Esta semana, según ‘Forbes’, Israel se ha sumado al grupo de países que compran petróleo directamente a Erbil ‘pasando’ de Bagdad.
Estados Unidos, que considera ilegales las transacciones comerciales hechas a espaldas al gobierno central iraquí, sigue prefiriendo la unificación territorial a la ruptura. “Si deciden abandonar el proceso político de Bagdad, eso acelerará gran cantidad de tendencias negativas”, ha subrayado ante la prensa, en el marco del aterrizaje de Kerry en Erbil, un miembro de la delegación norteamericana.
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