Strange Proceedings

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El presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) ha revelado que Estados Unidos ha retirado recursos de apoyo logístico y de inteligencia que se empleaban en el combate al narcotráfico, por lo que dijo no entender cuál es la política antidrogas que emplea esa nación.

Julio César Souffront Velázquez dijo que los servicios que prestaban aviones interceptores y radares de plataforma aérea que brindaban informaciones a las autoridades dominicanas fueron removidos a Puerto Rico, lo que debilita los esfuerzos de la DNCD para impedir ingreso o trasiego de drogas.

Algo muy extraño ocurre con la política antidrogas que aplica Estados Unidos, que ha sido criticada por los jefes de los comandos Sur, John Kerry, y de la Guardia Costera, Robert Papp, quienes se quejaron ante el Congreso estadounidense por la reducción del presupuesto destinado al combate del narco.

En 2010, las autoridades de Estados Unidos decidieron concentrar equipos y recursos en Centro y Suramérica, en esfuerzo por contener el ingreso de drogas a su territorio, lo que motivó que los cárteles cambiaran el curso de sus embarques hacia el Caribe, especialmente a República Dominicana y Haití.

Es obvio que esa estrategia no ha tenido resultado, como lo evidencia las declaraciones del general Kerry ante la Cámara de Representantes, al señalar que sus fuerzas apenas lograban identificar y detener el 20 por ciento de todas las drogas que ingresan a Estados Unidos por la franja caribeña.

Ya antes, la Agencia Antidrogas (DEA) había dejado acéfala de vigilancia el trayecto marítimo y aéreo desde los litorales de Colombia y Venezuela, lo que activó un corredor de transporte de drogas por aire y mar, pero aun así, el Tío Sam decide retirar los servicios de aviones y de radares que prestaba a la DNCD.

A pesar de que casi el total de las toneladas de drogas que se trasiega desde Sudamérica a través del mar Caribe o de su espacio aéreo tiene la vocación de ingreso al mega mercado de Estados Unidos, la ayuda de Washington para el combate de ese flagelo disminuye en vez de aumentar, lo que refleja déficit de interés o carencia de voluntad política.

Ante tan extraño proceder, quizás resulte conveniente que el Gobierno sugiera a las autoridades estadounidenses comprar toda la droga que incauta la DNCD, para su posterior incineración, para que con los recursos obtenidos se subvencione el combate al narcotráfico. Algo así como pago por servicio prestado.

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