Migración masiva de menores
Ha sido sorprendente en los últimos meses de este año, la migración masiva de menores, tanto niños como adolescentes de ambos sexos, y esto ha traído aparejado la preocupación de familiares y autoridades, tanto de familias residentes en sus países de origen como autoridades de los países receptores, en este caso países de Centroamérica, México y los Estados Unidos de Norteamérica.
Todo fenómeno de migración, ya se trate de adultos así como en el caso de los menores masivos, tiene sus causas y sus consecuencias, todas ellas dramáticas. De nada valen las regulaciones de los derechos humanos o de los derechos de los niños, si todas esas normas no se cumplen y sobre todo por países que como Estados Unidos se llaman fieles defensores de tales derechos. La migración de niños y adolescentes centroamericanos hacia Estados Unidos y que ha aflorado como un drama humanitario, provocada por traficantes o “coyotes” que llevan gente indocumentada en cuyas manos esos menores corren los más graves peligros. La pobreza y la violencia de estas sociedades centroamericanas son las principales causantes de este fenómeno social.
Según los informes escritos y los videos realizados, el trayecto de los migrantes a Estados Unidos, resulta sumamente peligroso, entre los cuales se encuentra el riesgo de perder la vida, o que las niñas pueden ser víctimas de abusos y acosos sexuales, también se encuentran otros peligros como los del tren llamado “bestia” por los migrantes, en el que miles de indocumentados centroamericanos viajan a la frontera de México y Estados Unidos exponiéndose a accidentes y acciones delincuenciales. Una vez en la frontera o territorio norteamericano hay que exponerse a otros peligros como atravesar el desierto o las cuestiones climatológicas que son severas para niños, ancianos y mujeres que viajan del trópico hacia zonas templadas.
Las autoridades estadounidenses reconocen que el repunte en la llegada de menores centroamericanos en los últimos meses ha desbordado la capacidad de sus instituciones en la frontera, por lo que han tomado medidas extraordinarias para albergarlos. Según autoridades de Estados Unidos, la cantidad de menores centroamericanos detenidos en ese país sin ningún acompañante aumentó en un 66 por ciento en el último año fiscal (de 2013-2014) en comparación con el mismo período entre 2012 y 2013.
Los registros de Estados Unidos indican que han sido detenidos unos 9,850 niños salvadoreños, 11,479 guatemaltecos y 13,282 hondureños desde octubre de 2013 hasta el 31 de mayo de 2014. Como se ve, Honduras es el que mayor cantidad de menores aporta a este fenómeno, lo cual indica que algo grave está sucediendo en nuestra sociedad y que merece toda su atención de parte del gobierno. Estados Unidos que ha advertido a través del secretario de Seguridad Nacional de EE UU, Jeh C. Johnson, que repatriará a muchos de esos menores, aunque destinará a cada uno de los tres países ayudas monetarias para programas de seguridad y asistencia social. El vicepresidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, anunció esa ayuda al reunirse con los presidentes de Centroamérica y México.
Nuestro gobierno debe formular programas de atención a los jóvenes en estado de riego social y elaborar proyectos educativos y de asistencia social para los niños y jóvenes, para rescatarlos de las pandillas que son producto del crimen organizado.
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