The Other Face of Immigration

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EE. UU. se benefició de la migración para el desarrollo de su economía.

La historia ha estado influida por los movimientos migratorios de las personas. El ejemplo del impacto de la inmigración en Estados Unidos, a lo largo de su historia, es evidente. Podemos empezar desde la conquista y colonización por parte del imperio británico o los éxodos de europeos durante las guerras munidales. A partir de los sesenta, el flujo mayor proviene de Latinoamérica, un proceso iniciado por población cubana, superada después por población mexicana y ahora más concentrada en población centroamericana.

Estados Unidos siempre se benefició de la migración internacional para el desarrollo de su economía y ha sido una fuente permanente de oferta de trabajo, de deseo de sacrificio y superación, de dinamismo y movilidad social, y también fuente de desarrollo científico, tecnológico y empresarial. La inmigración fue fundamental para mantener el crecimiento económico de los Estados Unidos en las últimas dos décadas, tanto la de inmigrantes menos calificados para los sectores agrícolas, de construcción y de servicio, como la de profesionales universitarios en campos como la informática o la ciencia.

Paulatinamente una porción de la opinión pública estadounidense, olvidando sus orígenes, empezó a sentirse incómoda con los nuevos inmigrantes y dio inicio la presión política para endurecer los controles migratorios y llegar incluso a la construcción de un muro de vergüenza. Una nueva visión que puede sintetizarse en “Estados Unidos para los estadounidenses” o “ya estamos cabales”, olvidando que sin inmigración no habrá crecimiento económico importante. Los migrantes ayudan, no perjudican la economía. Son otras sus políticas económicas erróneas.

Con la droga, la política estadounidense se ha caracterizado por presionar la represión de las fuentes de producción y de tránsito, pero ser pulsánime con el mercado de consumo. En el tema migratorio se traslada ahora el problema a los gobiernos de los países pobres. Su mensaje es la aplicación de su ley, mensaje conveniente pero incongruente. Los muros de vergüenza, los desiertos patrullados y la propaganda malintencionada, son corresponsables de los peligros de los inmigrantes y de las pérdidas de vidas humanas.

Las personas buscan oportunidades, de igual forma que las empresas buscan nuevos mercados. Es una contradicción promover la apertura de los mercados y la promoción de la propiedad intelectual, al mismo tiempo que se limita la movilidad laboral. Este es un problema compartido entre el norte y el sur, reflejo de los niveles relativos de desarrollo. NAFTA fue un iniciativa positiva para México, que contribuyó a frenar la migración de dicho país. Centroamérica, ahora, requiere de políticas que promuevan oportunidades en nuestra región, así como de sistemas públicos de adjudicación de visas de trabajo para jóvenes que buscan emigrar hacia el sueño americano. Una política unilateral, no es la solución. Se requiere de esfuerzos compartidos entre ambos gobiernos.

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