How to De-Dollarize

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Columnista invitado

Con este título el conocido economista, Walter Spurrier publicó su artículo el 12 de agosto. Entre otras reflexiones comentó que “ la dolarización no es universalmente popular entre los economistas por el hecho que la dolarización quita al Banco Central la capacidad de emitir y así regular el medio circulante y financiar el presupuesto del Estado…”.

Me permito refutar en parte este aserto, mencionando que, evidentemente, antes de poner en práctica la adopción del Dólar Norteamericano, muchos, economistas estábamos contra la adopción de esta moneda extranjera, por el hecho de que el uso del Dólar significaba el imponerse una “camisa de fuerza”, restaba maniobrabilidad a las autoridades monetarias, al no poder emitir papel moneda; se perdía el derecho soberano de acuñar moneda, se dejaba de aprovechar los ingresos del señoraje; se perdía la facultad de devaluar la moneda con el objeto de ayudar a incrementar las exportaciones nacionales, etc.

En uno de los dos debates que tuvimos en la Universidad San Francisco acerca de la conveniencia o no de seguir con el sistema monetario estadounidense, Rafael Correa Delgado y el suscrito, contra otros dos colegas de la misma universidad, defendimos la salida del Dólar puesto que en esos años (estábamos entonces en 2002), no había suficientes divisas para sostener la dolarización; no existían los altos precios por barril de petróleo que a partir del 2003 empezaron a incrementarse, produciendo enormes ingresos al tesoro ecuatoriano y que hicieron posible la “lubricación” del sistema monetario con la enorme afluencia de dólares. Además, el Presidente Jamil Mahuad, se lanzó a adoptar el Dólar sin tener estudios previos. “Días antes había dicho que dolarizar la economía sería como lanzarse al mar sin saber nadar”.

La subida de los precios por barril de petróleo sostiene la dolarización. Los economistas que estábamos contra el uso de la divisa externa cambiamos de opinión, reforzados con el hecho que la moneda estadounidense se ha depreciado respecto a las monedas de los países importadores de nuestros productos durante varios años, lo que ha ayudado al aumento de nuestras exportaciones. Sin embargo, creo que al economista (ahora Presidente) Rafael Correa nunca le gustó el continuar con la dolarización, pero, el palpar los beneficios de este sistema monetario y el apoyo del ciudadano ecuatoriano, le han obligado a continuar con la medida tomada por el expresidente Mahuad y continuada por el expresidente, Gustavo Noboa Bejarano.

Vale mencionar, haciendo una comparación, que nosotros, felizmente, no tuvimos la mala suerte de Argentina que adoptó la Caja de Conversión en 1990 (un Peso=un Dólar). Este medio de pago se revalorizó enormemente entre ese año y en 2000, consecuentemente, el Peso incrementó su valor, sus productos se encarecieron frente a sus socios comerciales. Argentina se vio obligada a devaluar su moneda (un Dólar = 4 Pesos). Y su sistema fracasó.

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