A Country of Triple Standards and Migrant Children

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Somos una sociedad de triple moral que expulsa a sus niños y niñas hacia el “sueño americano” y nos rasgamos las vestiduras pidiendo cualquier tipo de apoyo o preferencia por nuestros pequeños migrantes, pero no hacemos nada por evitar que cada vez haya más necesidad de que estos niños y niñas emigren.

Somos de triple moral por tres simples razones: 1)porque a los salvadoreños nos conviene que casi la tercera parte de los compatriotas vivan en EE.UU., porque ellos con sus remesas mantienen a flote nuestra empobrecida y dependiente economía de consumo; 2) porque si esos más de tres millones de salvadoreños vivieran en nuestro territorio los niveles de desempleo, pobreza y delincuencia, seguramente se incrementarían a niveles exponenciales ya que en nuestro país son pocas las oportunidades para cada uno; y 3) porque quienes allende eran los que no bebían ni una Coca Cola porque era la bebida elaborada por el “imperialismo” transnacional, hoy apuntan sus ideales hacia el “imperio” para vivir en la nación de las oportunidades y la democracia.

Los salvadoreños, independientemente de nuestro credo ideológico debemos trabajar juntos para generar condiciones de convivencia en nuestro territorio, porque cada vez haya menos necesidad de expulsar a los compatriotas que como salvavidas apuntan hacia el norte, aún sabiendo que viajar de manera ilegal es exponerse a morir por el frío que cala los huesos (o el calor que quema la piel) de los desiertos. Hay miles de forma de morir en el intento por llegar a la tierra del “sueño americano” y, sin embargo, a diario son cientos de salvadoreños que lo intentan.

¿Qué motiva a los salvadoreños a abandonar estos 20 mil y pico de kilómetros cuadrados?, pues la falta de oportunidades, la inseguridad y obviamente la necesidad de la reunificación familiar. La emigración solo fomenta la ruptura de la familia y eso a su vez es el origen de muchos males. La desintegración familiar es un cáncer que hace metástasis en otros males, algunos con graves e inmediatas consecuencias.

Entonces, si sabemos algunas causas que motivan la emigración de nuestros compatriotas de todas las edades, hay que entrarle al toro por los cuernos y procurar generar mejores condiciones de convivencia: La seguridad y la creación de oportunidades son condiciones que no pueden esperar, si es que acaso queremos evitar la emigración de nuestros adultos y nuestros niños. Precisamente recién se conoció que 14 mil 591 menores salvadoreños no acompañados fueron detenidos entre octubre de 2013 y julio de 2014, todos deportados o en proceso de deportación. A ello se agrega que en ese mismo período las autoridades migratorias de Estados Unidos localizaron a 10,417 unidades familiares, es decir, madres e hijos juntos.

La cantidad de niños migrantes es alarmante. Asusta, porque es sabido que en el camino están expuestos a ser ultrajados sexualmente, secuestrados y hasta asesinados. Algunos han tenido que quedarse deambulando a medio camino. Hace años escribí la historia de Yubini, un niño oriundo de Zacatecoluca que contaba con apenas 11 años y al quedar abandonado por el “coyote” tuvo que pasar meses trabajando de lo que fuera, durmiendo en los portales, soportando frío y hambre, hasta que tuvo la fortuna de encontrarse con una familia que lo regresó al país.

Así como Yubini, hay miles de historias y mientras no generemos las condiciones de convivencia en el país,seguirán habiendo muchas más, porque el país seguirá expulsando a sus adultos, a sus jóvenes y a sus niños y niñas.

Ya lo dijo Alan Bersin, subsecretario para Asuntos Internacionales del Departamento de Seguridad Nacional de los EE.UU.: “no hay permiso ni las fronteras están abiertas para adultos o niños que cruzan de forma irregular la frontera entre México y EE.UU.”. Quienes sean detenidos invariablemente serán deportados.Equivocados o no, están en su derecho.

A los salvadoreños no nos queda más que dejar de ser una sociedad de triple moral en cuanto al tema de la migración, no limitarnos a campañas publicitarias vanas y ponernos a trabajar sin ver criterios políticos y generar las condiciones para que nuestros niños y niñas no se vayan, para ellos debemos crear un país de oportunidades, seguro y sobre todo una patria grande que garantice un buen horizonte para cada salvadoreño… Especialmente para nuestros niños.

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