Obama and Islamic State

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El presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, anunció que puede atacar a las fuerzas terroristas armadas del autotitulado Estado Islámico, aun sin la aprobación del Congreso.

El anuncio del jueves, comunicado por el propio Mandatario a los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado, es un paso más allá de los ataques selectivos que anunció hace poco contra las operaciones del grupo terrorista en los territorios de Iraq y Siria y que han sembrado sangre y destrucción desde la ofensiva contra los gobiernos y sus Fuerzas Armadas en estos dos países.

Los líderes del Estado Islámico proclamaron un califato y su intención de extender su poderío por otros territorios como Turquía, Líbano Jordania e Israel.

Se trata de un grupo fundamentalista, de la facción sunita, que aplica severas normas de convivencia, anacrónicas, en los sitios que ocupa mediante la guerra y el terror a la población civil.

De momento sus actos bélicos se despliegan en Iraq, de manifiesta debilidad militar tras la guerra del Golfo en que el poderío bélico de EE.UU. acabó con la tiranía de Saddam Hussein. Además, penetran en Siria, que afronta una guerra civil con innumerables civiles alzados en armas desde hace tres años contra la dictadura laica del presidente Al Asad.

Obama, que alentó la salida de tropas en la zona por presiones de opinión pública, ha vuelto así a la tentación de una incursión militar que trae críticas, ingentes gastos y riesgo para muchas vidas. El poder de EE.UU. es un bumerán.

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