Seigniorage Lost to Dollarization

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El señoreaje perdido por la dolarización

La dolarización oficial ha representado para El Salvador pérdida de señoreaje, y Estados Unidos, en su generosidad a través de los Fomilenios y otros donativos, lo que en realidad hace es que la pérdida de nuestro señoreaje sea menor, porque Estados Unidos, el país emisor del dólar que nosotros utilizamos comparte su señoreaje.

El país dolarizó su economía el 1 de enero de 2001, mediante el Decreto Ley No. 201 denominado: ‘Ley de Integración Monetaria’ (LIM), aprobada el jueves 30 de noviembre de 2000.

Esta acción de la administración de Francisco Flores Pérez fue inconsulta y estuvo en manos de la Comisión Ad-hoc en la Asamblea, una semana antes de su aprobación por el mínimo de votos requeridos a ese efecto.

Desde que desapareció el colón hasta la fecha, El Salvador ha perdido millones de dólares al no poder emitir su propia moneda y perder el señoreaje.

El “señoreaje”, es la utilidad que un país obtiene al emitir su moneda. Es la diferencia entre el costo de emitir la moneda y el valor de la misma. Un ejemplo: si la impresión de un billete de un colón costaba 25 centavos, El Salvador obtenía un señoreaje (utilidad) de 75 centavos; es decir, la diferencia entre el costo de impresión del billete y su valor nominal. Esto sería cierto, si el billete durara eternamente, pero como su duración es relativamente corta, la utilidad disminuye proporcionalmente.

El señoreaje se entiende más completo, en el caso de las monedas, cuya duración es mucho más prolongada que la de los billetes.

Al adoptar nosotros el dólar de los Estados Unidos para que tenga curso legal, inmediatamente renunciamos al derecho de señoreaje.

La dolarización afecta a dos tipos de pérdida de señoreaje: en primer lugar, está el costo inmediato sobre la masa de moneda ya que a medida que se introduce el dólar y se retira de circulación el colón, el Banco Central tuvo que comprar los colones en poder del público y los bancos, devolviéndoles el derecho de señoreaje que se ha ido acumulando con el tiempo.

En segundo lugar, el país pierde las utilidades del señoreaje futuro que produce la emisión de nueva moneda. Es decir, que al dejar de emitir nuestra propia moneda, dejamos de ganar ese señoreaje. ¿Y quién lo gana ahora? Pues, simplemente, la gana Estados Unidos al darnos sus billetes y su moneda, sobre los cuales obtiene su propio señoreaje.

Se estima que los países extranjeros (hayan dolarizado o no) poseen del 55 al 70 por ciento del valor total de billetes en circulación, lo cual implica que a ellos se debe tal vez $15 mil millones al año del señoreaje por la emisión de dólares.

La dolarización oficial ha representado para El Salvador, pérdida de señoreaje, y Estados Unidos, en su generosidad a través de los Fomilenios y otros donativos, lo que en realidad hace es que la pérdida de nuestro señoreaje sea menor, porque Estados Unidos, el país emisor del dólar que nosotros utilizamos comparte su señoreaje.

De hecho, Estados Unidos ha reconocido la ventaja que para el país representa la dolarización en países extranjeros, que pierden el señoreaje al dejar de emitir su propia moneda, mientras Estados Unidos lo gana al mandar su moneda a los países que han dolarizado sus economías.

En el año 2000 el Senado de Estados Unidos aprobó la Ley de Estabilidad Monetaria Internacional de 2000 (International monetary stability act of 2000), propuesta por el Senador Connie Mack, de Florida.

El objetivo del proyecto de ley era promover la estabilidad monetaria internacional y compartir el señoreaje con países que hubieran dolarizado oficialmente su economía.

El proyecto de ley, fue propuesto por el Comité para la Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado, reembolsaría parte del señoreaje de los Estados Unidos a los países que dolarizaran su economía, a partir de 10 años después que la dolarización entrara en efecto.

Los reembolsos serían financiados de los ingresos que el Departamento del Tesoro recibiría a través del Sistema Federal de Reserva (Federal Reserve System), como resultado de la dolarización en esos países.

Los reembolsos serían de hasta el 85% de los ingresos por señoreaje extra que Estados Unidos recibiera por la dolarización en países extranjeros.

La Cámara de Representantes lo rechazó, de tal manera que el proyecto nunca se convirtió en ley.

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