Texas Asks Nurses in Ebola Case to Avoid Public Places

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En su afán por evitar la propagación del virus del ébola, las autoridades del Estado de Texas quieren aislar al máximo a los cerca de cien trabajadores del hospital Presbiteriano de Dallas que atendieron al liberiano Thomas Eric Duncan, el primer paciente diagnosticado con esa enfermedad en EE UU después de contraerla en Liberia y que murió el pasado 8 de octubre.

Las autoridades sanitarias de Texas empezaron a entregar este viernes a los trabajadores sanitarios que estuvieron en contacto con Duncan un documento que les insta a limitar considerablemente sus movimientos en lugares públicos durante el periodo máximo de 21 días de incubación del ébola. Los trabajadores tienen derecho a no firmar el documento, pero en caso de que así sea pueden ser objetos de una “orden de control de una enfermedad contagiosa”, según se detalla en el texto, al cual ha tenido acceso el diario The New York Times. Dicha orden podría suponerles estar obligatoriamente bajo cuarentena, como se ordenó a los familiares de Duncan en Dallas.

Las restricciones en Texas -un Estado que da mucho peso al respeto de las libertades individuales- se conocen a los dos días de que se anunciara un segundo caso de infección del ébola de una enfermera que atendió a Duncan y que fue diagnosticada tras viajar a bordo de un avión comercial de Ohio a Texas. El primer caso se conoció el domingo.

El documento, firmado por el comisario del Departamento de Salud Pública de Texas, establece que “ningún individuo” que entró a la habitación de Duncan puede viajar en un transporte comercial hasta pasados 21 días de la última exposición con el fallecido paciente. Estas personas no deben viajar en aviones comerciales, autobuses de larga distancia ni trenes. “El uso de transporte público local -taxi o autobuses- debe de ser discutido con la autoridad de salud pública”, agrega.

Además, durante esos 21 días ninguno de estos individuos “puede ir a cualquier lugar en que se congregue el público”, lo que incluye restaurantes, tiendas de alimentación, teatros u otros lugares de concentración de personas.

En paralelo, la temperatura corporal y el estado de salud de los trabajadores sanitarios que atendieron a Duncan deberá ser supervisada dos veces al día, una de ellas mediante un encuentro presencial con un especialista. Y estos empleados tienen la posibilidad si lo desean de quedarse bajo supervisión en el hospital.

El jefe del condado de Dallas, Clay Jenkins, reconoció el miércoles que existe una alta probabilidad de que se produzcan nuevos contagios. El hecho de que la segunda enfermera contagiada, Amber Joy Vinson, viajara en avión ha extendido el nerviosismo en EE UU sobre el riesgo de propagación del ébola y ha llevado al presidente estadounidense, Barack Obama, a cancelar dos días de viajes con fines electorales para ponerse al frente de la crisis: organizó el miércoles y el jueves varias reuniones con su Gabinete para tomar nuevas medidas de respuesta a la amenaza del ébola y nombró este viernes a un coordinador especial de la gestión del auge del virus.

Por otra parte, las autoridades de los estados de Texas y Ohio divulgaron este viernes nuevos detalles sobre las personas que podrían haberse contagiado de Vinson. Texas anunció que está vigilando activamente a ocho personas – lo que significa que tienen que estar localizables y que se les van haciendo pruebas- que estuvieron a poca distancia de Vinson en el avión del lunes, mientras a otros ciudadanos se les ha pedido que se controlen por su cuenta su temperatura corporal.

En Ohio, las autoridades informaron que 16 personas -una de ellas bajo cuarentena- están siendo activamente supervisadas tras estar en contacto con Vinson durante su fin de semana en ese estado. De momento, esas personas no han mostrado “signos de enfermedad”.

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