The US at War

<--

Estados Unidos en guerra

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha sido uno de los gobernantes modernos de su país que se distingue por su apuesta por la paz, incluso desde cuando era candidato y estaba en campaña, sus colaboradores cercanos consideran que le tiene aversión instintiva a resolver los conflictos internacionales mediante el uso de la fuerza. A partir del momento en el cual su país se convierte en potencia mundial se produce un hecho político internacional por el poco tiempo en el cual pasaron de ser una colonia a un país independiente y poderoso, que llegó a rivalizar con las potencias europeas y asiáticas, hasta superarlas, debió asumir, a su vez, un rol de supremacía y fuerza en el mundo. Esa gran potencia suele dividirse entre halcones y pacifistas o entre aislacionistas y los partidarios de actuar a todo trance militarmente, sea para expandir el país o para actuar preventivamente contra otros, como lo hizo en dos guerras mundiales. Esa tendencia a encerrarse en sí misma de esa potencia viene de su propia realidad geopolítica y que nunca hasta el ataque terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York, su territorio estuvo seriamente amenazado por el enemigo externo.

Pese a los buenos deseos y manifestaciones de convivencia pacífica entre las naciones que suele hacer el presidente Obama, y que le merecieron el Premio Nobel de la Paz por anticipado, dado que pretender gobernar su país enzarzado en conflictos militares de baja intensidad en varias naciones del globo, se constituía en un viraje político sorprendente, que anunciaba nuevos tiempos y logros civilizados para intentar dejar las armas y avanzar en la distensión global. No siempre las políticas oficiales de apaciguamiento salen adelante, ya lo dijo el legendario gobernante chino Mao, cuando recibió en Pekín la visita del presidente Richard Nixon y su secretario de Estado, Henry Kissinger; al éste hablar de paz, le contestó el escéptico jefe chino, señalando sus dedos, ¿por una, dos , tres generaciones? La guerra parece estar ligada desde siempre a la existencia del ser humano en la Tierra. Ahora, cuando Barack Obama, habla de guerra en el Medio Oriente contra el Estado Islámico en formación, la afirmación de Mao cobra aterradora vigencia. Los Estados Unidos han resuelto intervenir en Siria, donde se concentra una parte de las milicias que buscan por las armas establecer un nuevo Estado Islámico en zonas en donde en la antigüedad tuvieron un próspero califato. En Siria se han producido más de 195.000 muertos por la guerra civil y a diario avanzan gigantescas movilizaciones de miles y miles de seres que huyen despavoridos de las ciudades, para escapar de la masacre con sus familias a los países vecinos. Lo mismo se repite en Irak, un país escindido que lucha por no perder unas ciudades y recuperar otras, con la ayuda de los Estados Unidos.

Obama ha sido tajante, se trata de una guerra contra el Estado Islámico que, como se sabe, es un proyecto político que avanza por la prédica religiosa y las armas, bajo el impulso de la ira de las milicias que son compuestas por agentes locales y por extranjeros, varios de éstos europeos que se suman a la causa fundamentalista. Los móviles de unos y otros son diversos, lo que identifica a los adversarios es que son el producto de las contradicciones políticas regionales y de años de antagonismo, como de intervenciones acertadas o desacertadas de las grandes potencias que en esos países ligados en mayor o menor grado al petróleo, han modificado sus fronteras e irrumpido en su cultura sin medir las consecuencias. Hoy las potencias se ven envueltas en una nueva guerra contra el terrorismo que tendrá repercusiones internacionales y que según los expertos será larga. Siria lleva más de tres años en guerra civil, las fuerzas oficiales han conseguido subsistir y recuperar terreno, pero están exhaustas. ¿Se limitará Washington a bombardear a los yidahistas o bombardeará al Gobierno? Esa pregunta ronda en las cancillerías de las potencias y la región. ¿Qué hará Rusia, si por error caen bombas en la base naval que controla en Siria? ¿Qué van a hacer las otras naciones sobre las que se extenderán muy seguramente los bombardeos? La guerra terrorista y el contraterrorismo en el mundo actual no respetan fronteras.

En estos momentos las naves de combate, que navegan por el Mar Rojo y el Golfo Pérsico, lanzan misiles Tomahawk y bombas made in USA sobre Siria e Irak. Es una historia que se repite, con la diferencia que en esta oportunidad, el conflicto puede expandirse y tener efectos globales.

About this publication