Ku Klux Klan, Alive and Kicking

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Las miradas desconfiadas y despreciativas hacia Jorge Vásquez, camarógrafo de Univisión, nos preocuparon y en ciertos momentos nos produjeron escalofríos. Vásquez es un experimentado fotógrafo que ha cubierto guerras y noticias de narcotráfico. También ha trabajado en reportajes sobre conflictos raciales.

Es trigueño, de estatura baja y ojos café. Evidentemente es hispano. Me dice que nunca había sentido discriminación como la que ha sufrido desde que llegó a Estados Unidos.

Lo que les voy a contar no es una historia de una película que denuncia al Ku Klux Klan –KKK-. Sucede en los Estados Unidos en el presente.

El KKK es un grupo que defiende la supremacía de la raza blanca. Practica la xenofobia, la homofobia, el racismo y en algunos casos camina en los peligrosos terrenos del terrorismo de extrema derecha. Se cree que en Estados Unidos hay alrededor de 550 mil miembros activos y las autoridades ignoran sus acciones porque muchas de ellas hacen parte del culto.

El condado de Carroll, en el noroeste de Arkansas, es una región con unos 25,300 habitantes. Allí está Eureka Spring, una villa rural que parece detenida en el tiempo por las viviendas y automóviles antiguos, pero más por la forma de vida, las costumbres y los prejuicios de la gente.

Los residentes son blancos y no puedo asegurar que son amables. Por el contrario, se exceden en prepotencia. Para desgracia de ellos en los últimos años llegaron hispanos a trabajar en la empacadora de pollos Tyson, que los explota laboralmente porque les pagan poco dinero debido a que en su mayoría son indocumentados.

Esto tiene a los blancos molestos. Disculpen que haga esta salvedad racial pero esto es lo alarmante. La presencia de la gente de color café, no es que haya revivido el racismo en el condado de Carroll. La oscura verdad es que aquí nunca desapareció y los llamados redneck o cuellos rojos, muchos de ellos enérgicos fanáticos del Ku Klux Klan, sienten que los hispanos invaden su tierra, lo cual nunca les permitieron a los afroamericanos a quienes en el pasado quemaron en hogueras o los desterraron de la región.

No es un secreto que frecuentemente el KKK se reúne en asambleas como lo hacía antiguamente. Las ideas racistas y clasistas están en los genes de muchas de estas personas y se niegan a desaparecer.

Aquí la policía se ensaña contra los hispanos a quienes persiguen, acosan y no protegen como ordena la ley. En casos de violencia doméstica que han llegado hasta asesinatos, por ejemplo, ninguna autoridad hace lo posible por evitarlo. Además, hay graves sospechas de que existen carteles del narcotráfico que venden drogas como una forma de perjudicar a los inmigrantes. Si esto fuese cierto, estaríamos ante una acción criminal que debiera ser investigada por el gobierno federal.

Quisiera recomendarles ir de turismo a esa bella región estadounidense, pero no garantizo su seguridad a menos que tengan piel blanca y hablen perfecto inglés.

En el condado de Carroll el miedo y la desconfianza se pasean por las calles junto a los fantasmas del KKK, en una simbiosis de vergüenza y prejuicio que mantiene vigente la presencia nefasta de la segregación racial.

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