ESTADOS UNIDOS se encuentra a menos de un mes de las llamadas elecciones de medio término, que se realizarán el próximo 4 de noviembre. Allí se elegirán los 435 miembros de la Cámara de Representantes y se renovará un tercio del Senado, además de parte de los gobernadores estatales. Los comicios son considerados más una evaluación a la gestión del mandatario de turno que un verdadero examen a la situación del propio Congreso. Diversos pronósticos anticipan una derrota para el Partido Demócrata, que, de concretarse, obligaría al Presidente Barack Obama a realizar ajustes profundos.
El mandatario atraviesa un complicado momento interno. No sólo está en su peor nivel de aprobación desde que llegó a la Casa Blanca -con un 40%-, sino que, además, casi el 60% rechaza su manejo de la economía. A ello se suman las críticas recibidas en los últimos días de parte de ex colaboradores, en especial sobre su manejo de la política exterior, y el rechazo de varios candidatos de su partido a hacer campaña con él. Por ello, el objetivo del Partido Demócrata se limita hoy a no perder la mayoría en el Senado, ya que descartan cualquier posibilidad de recuperar el control de la Cámara de Representantes, hoy en manos republicanas.
De concretarse los pronósticos, el mandatario deberá tomar en cuenta el descontento de la ciudadanía y avanzar en la búsqueda de acuerdos con la oposición, para no terminar generando una parálisis entre ambos poderes, en un momento en que EE.UU. no sólo enfrenta un nuevo conflicto en Medio Oriente, sino que, además, algunos indicadores económicos han encendido una luz de alerta sobre el ritmo de la recuperación. Previsiblemente, Obama deberá entrar a revisar su política de fuerte gasto fiscal y mayores impuestos, materias que han sido cuestionadas por los republicanos.
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