Are American Police Racist?

<--

A raíz de que un jurado absolvió a un policía blanco que dio muerte a un joven afrodescendiente en un suburbio de Saint Louis se produjeron protestas en más 170 ciudades de Estados Unidos, incluidas Washington DC, Nueva York, Los Ángeles y Seattle. En otro acontecimiento, de los tantos que ocurren, un niño de 12 años portando una pistola de juguete perdió la vida a manos de otro policía en Cleveland.

Dejando de lado la pena de muerte o los que mueren dentro de la cárcel, porque el solo hecho de saber que han existido casos de inocentes “ajusticiados” hace que estos procedimientos sean extremadamente inmorales, es interesante estudiar las cárceles para ver los resultados del accionar penal. Para empezar, parecen ser un invento propio del Estado para sus fines y supervivencia, ya que prácticamente todos los presos han sido encarcelados por delitos “inventados” o como resultado de situaciones sociales creadas a partir del accionar de los gobiernos.

Con un 4,4% de la población mundial, el 22% de los presos del mundo se encuentra en Estados Unidos, 2,23 millones de personas, es decir, 707 presos por cada 100.000 habitantes, proporción más elevada que la de China; en el Reino Unido existen 148 reclusos por cada 100.000 habitantes.

El porcentaje de encarcelamientos relacionados con la droga en Estados Unidos es del 46%. Es decir que de entrada la mitad de los presos han sido “inventados” por el Gobierno desde que decidió encarar la fatídica “guerra contra las drogas”, que ya lleva más muertos que la de Vietnam y muchos más que los producidos por la propia droga; no obstante Estados Unidos sigue siendo el país de mayor consumo de estupefacientes. Del mismo modo casi podría decirse que la otra mitad también está encarcelada por delitos (contrabando, evasión fiscal…) o situaciones creadas por el Gobierno como la marginalidad social.

Efectivamente, mientras que hay muchísimo por hacer (viviendas, hospitales, escuelas…) la desocupación se debe a que los gobiernos utilizan el monopolio de la violencia para restringir el trabajo, por ejemplo, cuando coaccionan un salario mínimo, prohibiendo, de hecho, trabajar a los que ganarían menos. Y la pobreza tiene una importante raíz en los impuestos, ya que los ricos los derivan hacia abajo subiendo precios, bajando salarios, etc. Se diría que en Estados Unidos existe un “capitalismo de amigos del Estado”. Es decir, se cobran altos impuestos que empobrecen a los más pobres y que sirven para hacer obras como aeropuertos que no usan los humildes; y mantener un sistema policial, penal y carcelario que sostiene a este sistema.

Prácticamente, todos los estudios acusan al sistema carcelario en EEUU de racista, el promedio de afroamericanos en las cárceles llegó a 3.023 personas por cada 100.000 habitantes afroamericanos, y el de los hispanos alcanzó los 1.238 por cada 100.000 habitantes hispanos, mientras que el de la población blanca fue de 478 por cada 100.000 habitantes blancos”, según una investigación de la Universidad de Berkeley, aun cuando blancos, afroamericanos y latinos tienen niveles comparables de consumo de drogas.

En fin, no sé si llamarlo racismo, pero definitivamente en este “capitalismo de amigos” (cuyo paroxismo es la tiranía cubana donde la casta política es dueña de todo y los ciudadanos sus “esclavos”) es discriminatorio, al provocar marginalidad y, consecuentemente, promover el delito y criminalizar a las personas, particularmente a los más pobres, ya que los ricos pueden, entre otras cosas, sobornar adecuadamente a los funcionarios.

About this publication