El Gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresó sus “congratulaciones”, tras el anuncio hecho ayer mismo, de parte de la administración del presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, sobre una nueva extensión del Estatus de Protección Temporal (conocido como TPS por sus siglas en inglés).
La extensión del TPS, la décima desde que se creó a partir de 2001, tras los terremotos devastadores de enero y febrero, es una buena noticia para los compatriotas que se ampararon a dicho beneficio migratorio, pues, aún y cuando no pueden salir del país, les permite trabajar sin mayores tropiezos.
Si bien los principales favorecidos del TPS son nuestros familiares en los Estados Unidos, que llegaron indocumentados buscando el “sueño americano”, también lo es el Gobierno de El Salvador.
Por un lado, porque significa que hay confianza en el Gobierno del Presidente Sánchez Cerén, lo que indica que Estados Unidos no utiliza a los migrantes para presionar al Gobierno, y, por el otro, porque, si bien el país debe trabajar para que los “hermanos lejanos regresen”, no se convierte en una “bomba de tiempo para el Gobierno”.
Si bien no debería tener tantos migrantes fuera de nuestras fronteras, lo cierto es que solo en Estados Unidos hay cerca de tres millones de salvadoreños y salvadoreñas, y son esos millones de compatriotas, los que sostienen la economía, la décima hasta ahora, de consumo.
Y ante la falta de inversión extranjera en el año que termina, si se es serio, no se debe soslayar que en el crecimiento del 2.2% de la economía en 2014 tuvieron que ver los casi cuatro mil millones de dólares en remesas familiares (el dato exacto del BCR no lo tenemos aún, pero calculamos que alcanzará esa cifra).
Por su puesto que el crecimiento tiene que ver con otros factores internos como: la producción, de parte de pequeñas empresas y cooperativas de los útiles escolares, zapatos y uniformes. Por supuesto, que también a las inversiones millonarias de grandes empresarios.
Por todo lo anterior, todos y todas las salvadoreñas deberían congratularse con la extensión del TPS.
Por supuesto que la principal lección es seguir trabajando en mejorar el país, en todos sus aspectos, para evitar que más salvadoreños se vean obligados a abandonar su terruño, en busca de mejores oportunidades.
Este año, bajo el liderazgo del presidente Salvador Sánchez Cerén, se irán concretando acciones para mejorar el país, lo que significa modificar el modelo económico de consumo que comenzó a desmontarse desde 2009, con la llegada del primer presidente bajo la bandera del FMLN.
El nuevo TPS tendrá una vigencia de 18 meses, desde el 10 de marzo de 2015, y vencerá el 9 de septiembre de 2016.
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