Ya veremos los resultados de las relaciones diplomáticas EE.UU.-Cuba
Sorprendió al mundo entero que los gobernantes de los Estados Unidos de América y de la Cuba comunista acordasen restablecer relaciones diplomáticas después de más de medio siglo de su rompimiento.
Internacionalmente ha causado inusitada expectación lo dispuesto por los dos países del Hemisferio Occidental, y es que las ideologías de los dos pueblos son completamente diferentes: La de los estadounidenses, al menos en su abrumadora mayoría, es democrática y, la de los cubanos, supuestamente a la vez, en su mayoría, es antidemocrática y liberticida por excelencia.
Se ha dicho que la intercesión del Papa Francisco, en nombre del Vaticano, valió para que los nexos diplomáticos de ambos gobiernos se reanudaran.
¿Habrá dado un mal paso el presidente yanqui, Barack Obama, o procedido con acierto en cuanto a las relaciones con la Cuba comunista de los Castro? ¡Quién sabe!
Los dictadores caribeños y sus aliados de diversas latitudes estarán frotándose las manos de complacencia, porque, al menos por ahora, los gobernantes de ambas naciones habrán depuesto el estado de beligerancia.
Cuba y sus pariguales sudamericanos han conspirado contra lo que llaman “imperio”…
Pensando, basado en realidades, especialmente en las opuestas ideologías de los protagonistas de la entente diplomática, al Tío Sam podrán meterle alacranes en la camisa…
Los comunistas no son confiables. En la Segunda Guerra Mundial hicieron malas jugadas a los países donde se estila el sistema democrático con todos sus preciados atributos, verbigracia en los Estados Unidos de América que, con volcanes de armamento, salvó a Rusia (padre y madre del comunismo) de sucumbir ante la blindada bestia nazi de la Alemania hitlerista…
En los altos círculos del régimen cubano, Fidel Castro, que es la “eminencia de barba rojo-tordilla” detrás del trono de su hermanito Raúl, no ha abierto la boca para referirse al sonado acuerdo diplomático signado por USA y la Cuba gobernada a la soviética. Muy significativo el silencio del comandante Fidelio…
Ya veremos, pues, qué cosa sucede con las susodichas relaciones de la superpotencia norteamericana y la Cuba castrista.
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