CIUDAD DE MÉXICO.- El 2 de febrero de 1848, México y Estados Unidos firmaron el Tratado de Guadalupe Hidalgo, en el que nuestro país cedió más de la mitad del territorio que tenía en ese entonces.
Lo que hoy son los estados de California, Utah, Nevada, Nuevo México y Texas, así como una parte de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma pasaron a manos estadounidenses. Mientras que México recibió 15 millones de dólares de ese entonces como compensación de la Guerra de Intervención que se extendió en el país desde 1846.
Haber perdido estos estados pudo ser un golpe económico para México a futuro, pues el Producto Estatal Bruto de estos estados suma 4.7 billones de dólares, alrededor del 28% del PIB de Estados Unidos.
Si estos estados hubieran seguido en manos mexicanas, el PIB de nuestro país en 2013 hubiera sido de poco más de 6 billones de dólares, frente a los 1.6 billones que se produjeron.
Sin embargo, hay que mencionar que no hay garantía de que México se hubiera beneficiado de igual manera de los recursos de estos estados.
Una de las razones por las que México perdió tan fácilmente el territorio fue su incapacidad por defenderlo, debido a que no tenía una gran población y tampoco recursos monetarios suficientes. La población que se había extendido en el norte fue gracias a la venta de terrenos a bajo precio a extranjeros que estaban dispuestos a nacionalizarse mexicanos.
Por otra parte, Estados Unidos tenía recursos y un gran interés expansionista, lo que le dio incentivos para explotar al máximo sus nuevos territorios.
De no haberse dado el Tratado, México probablemente se hubiera endeudado más para mantener la lucha contra Estados Unidos, lo que hubiera deteriorado las finanzas del gobierno. Esto hubiera generado una mayor inhabilidad para desarrollar al país y esos territorios hubieran sido desaprovechados.
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