Proyecto para construir una comunidad norteamericana
Simón Vargas Aguilar*
Hace casi una década, el Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations, CFR) publicó el informe Construyendo una comunidad norteamericana, en el cual proponía la construcción de una asociación en materia económica y de seguridad, la cual se podría definir por un arancel externo común y un perímetro de seguridad interior. Esta propuesta es aún muy lejana (http://on.cfr.org/1wdZTxn ).
Los obstáculos de 2005 continúan siendo los mismos e incluso algunos de mayor alcance: la creciente competencia económica a escala mundial, la desigualdad en materia de desarrollo en América del Norte y el desafío de la seguridad mutua. Al mismo tiempo han surgido nuevos retos y oportunidades, como el aumento de la producción de energía y las reformas en la materia en México, así como las nuevas amenazas a la seguridad nacional y el aumento de la violencia e inseguridad a causa del combate a las drogas y el crimen organizado trasnacional.
Un nuevo informe del CFR elaborado por David Petraeus, ex director de la CIA y ex jefe del Comando Central de Estados Unidos (EU), y el ex presidente del Banco Mundial, Bob Zoellick, insta a los responsables de la formulación de políticas de EU a dar prioridad a la relación y a trabajar con México y Canadá para construir una nueva alianza de América del Norte para el futuro, dado que, aseguran, hoy más que nunca existe la oportunidad de realizar una nueva era de crecimiento y prosperidad para este bloque (http://on.cfr.org/1tKLOGZ ).
Es decir, el reporte señala que, si se refuerza la alianza entre los tres países, además de que cada nación recibirá beneficios propios que pudieran observarse a corto plazo, esta simbiosis ayudaría a impulsar a largo plazo la posición geopolítica y estratégica de Norteamérica, dando como consecuencia lógica un mayor fortalecimiento de Estados Unidos y su lugar en el mundo.
El reporte propuso un conjunto de recomendaciones, concentrándose en cuatro objetivos fundamentales: aprovechar el prometedor panorama energético en América del Norte; impulsar la competitividad económica mediante una mayor libertad en la circulación transfronteriza de bienes y servicios; fortalecer la seguridad por conducto de una estrategia continental unificada e innovación continua de la frontera, y promover la comunidad norteamericana mediante una reforma inmigratoria integral y la creación de un acuerdo en materia de movilidad que agilice la circulación de trabajadores.
Respecto del tema de la seguridad, el reporte en referencia recomienda a nuestros vecinos del norte apoyar los esfuerzos de México para fortalecer el estado de derecho, desmantelar las redes criminales, desarrollar comunidades resilientes y cohesionadas, y reducir el tráfico de armas y narcóticos. Estados Unidos debería pasar de la seguridad centrada en las fronteras a una estrategia combinada de protección perimetral y seguridad a profundidad, mediante el uso de inteligencia, evaluación de riesgos, capacidades compartidas y acciones conjuntas a lo largo de la región, señala el informe.
Está claro que respecto del tema de la seguridad en México existen grandes desafíos y un largo camino por avanzar; la violencia e inseguridad inducida por los cárteles y el crimen organizado es un hecho que preocupa a los inversionistas y empresas petroleras extranjeras, puesto que los ataques, amenazas, secuestros, extorsiones y robos en zonas donde hay infraestructura energética, como Veracruz y Tamaulipas, han sido una constante en años recientes.
En relación con este tema, Kathryn L. Haahr, del Centro Woodrow Wilson, elaboró un estudio sobre las acciones del gobierno de México para enfrentar estas amenazas en dichos estados, que según sus resultados están lejos de controlar la situación, puesto que la estrategia de combate al narcotráfico de la última década ha influido para que la delincuencia organizada emigre hacia la comisión de otros delitos para financiarse, como el robo de combustible y el secuestro y extorsión a empleados de Pemex.
La actual administración federal desarrolló un nuevo enfoque de seguridad, que logró algunos resultados, como la disminución de la tasa de homicidios, pero la inseguridad y la violencia siguen presentes en gran parte de México. Según las conclusiones del mencionado estudio, para que la actual estrategia del presidente Enrique Peña Nieto pueda obtener resultados más significativos son necesarios una serie de factores que conllevan a un mayor involucramiento de la comunidad civil, defensa y respecto de los derechos humanos y el fortalecimiento del estado de derecho.
Con la finalidad de que México pueda aprovechar las oportunidades de inversión energética, que colocarían a nuestro país en un nivel más competitivo a escala mundial, es responsabilidad del gobierno dar garantías de seguridad para que ello suceda; por ende tiene que desarrollar los estudios necesarios hasta encontrar la estrategia adecuada para abatir la delincuencia e inseguridad.
*Analista en temas de seguridad, educación y justicia.
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