Netanyahu’s Crossroad

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Contra todos los pronósticos, los sondeos y los deseos de algunos países que esperaban un cambio después de dos gobiernos consecutivos, el actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y su partido de derecha, Likud, se impusieron en las elecciones parlamentarias de esa nación.

Apelando al miedo de los ciudadanos a los palestinos, a los avances nucleares de Irán e incluso al crecimiento del voto de los árabes israelíes en el país de Oriente Próximo que se vanagloria de tener la única democracia de la región, Netanyahu les dio vuelta a las proyecciones con una comodidad inesperada y que llena de incertidumbre el futuro del ya muy bloqueado proceso de paz con los palestinos, máxime cuando, en un acto desesperado de campaña, prometió que si accedía a un nuevo mandato no permitiría la fundación de un Estado palestino.

Si bien este jueves intentó matizar sus palabras, esto, por supuesto, fue una bomba que detonó la ya erosionada confianza en el accidentado proceso y que provocó que Estados Unidos amenazara con “revaluar su posición” respecto a Israel ante la ONU, toda vez que la solución que Washington ha defendido es la de los ‘dos Estados’. Con la excusa de la alianza de la Autoridad Palestina con el movimiento Hamás, al que considera “terrorista”, ‘Bibi’ –como lo llaman en su país– no ha hecho mucho por superar los obstáculos del proceso, mientras se avanza sin freno en la construcción de colonias sobre los territorios ocupados, que en teoría deben ser parte del futuro Estado palestino.

Pero Netanyahu puede estar jugando con fuego. Israel no ha tenido un aliado más leal que Estados Unidos ni una cercanía más privilegiada, pero la actitud del Primer Ministro marca la que puede ser la hora más baja de las relaciones entre los dos países en los últimos años. El desplante al presidente Obama al pronunciar sin su guiño un discurso en el Congreso, su oposición visceral a la negociación nuclear con Irán y su desdeño hacia el voto árabe-israelí no han caído bien en EE. UU., que hoy como nunca quisiera ver en Israel un líder más comprometido con la paz.

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