A Shift in Relations between Venezuela and the US?

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Son múltiples los frentes que el proceso bolivariano tiene abiertos en plano interno e internacional; en este contexto, las relaciones con Estado Unidos y Colombia han sido de los más complejos, pues desde hace muchos años se han manejado irracionalmente. Ahora, cuando la crisis se encuentra en una de sus fases más críticas, pareciera que la negociación es el camino más conveniente, empero, ese es un arte que el proceso no domina. La soberbia, alimentada entre otros, por los errores estructurales del marxismo y la chequera petrolera, lo han tornado autoritario y con gran ceguera ideológica.

El caso Venezuela está generando problemas a sus vecinos, es objeto de preocupación tanto de los liderazgos regionales (Brasil, Uruguay), como extra regionales (Estados Unidos, Unión Europea, Vaticano) y de los organismos internacionales (OEA, ONU, UNASUR) y, más recientemente está complicando la estrategia de apertura de Cuba, nuestra potencia hegemónica

En el caso de los Estados Unidos, han sido muchos años de contradicciones y acción irresponsable, la diplomacia del micrófono con lasmúltiples acusaciones de golpes de estado, magnicidios, la expulsión de funcionarios diplomáticos y consulares, incluso el rechazo a la designación del Embajador Larry Palmer en el 2010. Adicionalmente, la errada política económica caracterizada por el cerco a las empresas y a la inversión extranjera, también ha afectado la relación con Estados Unidos.

Pero llama la atención que recientemente se presenta un ambiente de negociación, es el caso de las visitas del Embajador Thomas Shanon y, más recientemente, del Senador Republicano Robert Corker. No es fácil creer en este aparente giro, pues han sido muchos años de contradicciones. Como es usual dentro de hegemonía comunicacional del proceso, no se tiene claridad sobre tales encuentros, seguramente el soberano se enterará, gracias a la libertad de expresión en los otros países.

No resulta difícil asumir la agenda de interés de los Estados Unidos, desde hace años lo está planteando, veamos:

1-Seguridad hemisférica y terrorismo: el proceso ha estado jugando con fuego en sus oscuras vinculaciones con grupos calificados como terroristas (Hamas, ETA, FARC, de Irán, etc.) y esto afecta la seguridad hemisférica. Pero tampoco ha jugado transparentemente en el cumplimiento de las sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad contra Irán. Adicionalmente, mantiene una postura antisistema de defensa de los actores más radicales. Todo esto en una carrera armamentista en el marco regional.

2-Narcotráfico: este es tema permanentemente destacado, recientemente han anunciado la apertura de investigaciones que incluyen altos funcionarios del proceso.

3-La política contra el mercado que afecta a las empresas y las inversiones.

4-Los derechos humanos e institucionalidad democrática, que abarca una amplia temática de violaciones de la normativa internacional.

Por el contrario, no resulta nada fácil inferir la agenda del proceso bolivariano, seguramente no sigue la orientación de los países de la región, que hablan de comercio, tecnología, inversiones, educación, salud, etc. Pareciera que la preocupación pudiera centrarse en las presuntas investigaciones abiertas contra los héroes revolucionarios.

Tampoco se presenta fácil la negociación, pues los cambios que debería asumir el proceso tendrían que ser tan profundos, que podrían conllevar un cambio de gobierno y, en todo caso, el rechazo de sus radicales. ¿Será por eso el desplante al Senador Corker? El proceso está agotado, pero no lo acepta. El fantasma del default crece, la corrupción y la impunidad no paran, tampoco se detiene el rechazo social, en tales condiciones, puede ser opten por negociar.

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