The US Is in Cuba

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Ahora, Estados Unidos técnicamente está dentro de Cuba. Luego de haber mantenido por más de 54 años una relación bilateral congelada y enfrentada, el secretario de Estado John Kerry iza la bandera de su país en el territorio del estado que más dolores de cabeza ha ocasionado a la política exterior estadounidense en décadas. Su presencia, la del más alto nivel de un funcionario que Washington haya enviado en ese largo tiempo, marca un nuevo hito en la historia reciente entre ambos países. Con la reapertura de la misión diplomática se completa el episodio iniciado en la capital norteamericana el pasado 20 de julio, cuando se abrió nuevamente la embajada cubana. Los disidentes u opositores al régimen de los hermanos Castro no han sido invitados; eso se llama discreción y ponderación. La diplomacia demócrata de la Casa Blanca sabe su trabajo. Haberlo hecho pudo traslucir un gesto inoportuno con exiguas posibilidades para calcular la reacción de los longevos revolucionarios, quienes siempre han mirado a sus opositores en la isla como mercenarios traidores. Kerry, quien estará acompañado de Roberta Jacobson, figura clave de la diplomacia estadounidense en este proceso, se reunirá con su homólogo Bruno Rodríguez. Mientras tanto, en Florida, los republicanos que se oponen a la normalización de las relaciones con Cuba no dejan de gritar a los cuatro vientos que las concesiones a La Habana son como una “recompensa sin beneficios”. Sin embargo, mirando el futuro, las negociaciones pendientes que emprenderán Washington y La Habana tendrán el marco diplomático idóneo esperado.

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