La continua inestabilidad que padece Irak se ha cobrado otra víctima: el acuerdo del pasado diciembre entre los kurdos y Bagdad, que llevó al Gobierno regional kurdo (GRK) a suspender sus ventas unilaterales de petróleo.
El Financial Times informa:
El Gobierno federal suspendió los pagos a Irbil al poco de firmarse el acuerdo debido a la crisis presupuestaria, al tiempo que acusaba a los kurdos de no transferir las cantidades acordadas.
Así las cosas, el GRK ha empezado a vender el crudo en el extranjero sin pasar por la Organización Estatal para la Comercialización del Petróleo. “Desde mayo”, refiere el FT, “los kurdos han vendido al menos 40 millones de barriles a los intermediarios a través del puerto turco de Ceyhan”. (Dato interesante: la mayoría de ese crudo parece estar yendo a parar a Israel, que, según se dice, ahora obtiene tres cuartas partes de su petróleo de los proisraelíes kurdos).
Mientras, en el norte de Siria, la milicia kurda denominada Unidades de Protección Popular (YPG), afiliada a la organización terrorista turca Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), está haciendo incursiones en territorio del ISIS. De hecho, con sus 35.000 combatientes, es el único grupo que ha tenido éxito en hacer retroceder al ISIS, con la ayuda del poderío aéreo norteamericano. Sus victorias se producen al tiempo que el PKK ha incrementado sus ataques en Turquía, alarmando a Recep Tayyip Erdogan al punto de que ha ordenado a la aviación turca el bombardeo de posiciones en el norte de Siria. Su aparente objetivo es el ISIS, pero parece que está reservando el grueso de su potencia de fuego para el PKK y sus afiliados.
Lo que está pasando es de gran importancia. Casi se puede oír cómo se mueven las placas tectónicas de la región. Los kurdos, de largo el mayor grupo étnico sin Estado propio (son en torno a 30 millones de personas), parecen a punto de lograr su anhelado objetivo de la autonomía, por no decir la independencia.
El GRK es de hecho un virtual Estado soberano en ese cascarón vacío que es Irak. Ahora, el YPG pugna por lograr el suyo en el norte de Siria. No hará falta un gran esfuerzo para unir los dos enclaves y crear un Estado kurdo de facto en el norte de Irak y Siria.
Por supuesto, los obstáculos principales siguen ahí: no sólo los turcos y los iraníes (que tienen sustanciales minorías kurdas), también los árabes de Siria e Irak. No van a apoyar el Estado kurdo. Pero los Estados iraquí y sirio virtualmente han dejado de funcionar, lo que convierte su oposición en menos relevante que nunca.
Ni Siria ni Irak es probable que vayan a reconstituirse en sus antiguas formas, que de todas maneras se remontan sólo a los acuerdos posteriores a la Primera Guerra Mundial establecidos por el Reino Unido y Francia. ¿Quién dice que un futuro realineamiento de Mesopotamia y el Levante no resulte en la creación de un Estado kurdo?
Pese al apoyo norteamericano a las fronteras actualmente existentes en todo el mundo, cuesta concebir por qué íbamos a practicar el inmovilismo. Los kurdos son más seculares y prooccidentales que cualquier otro grupo de la región, aparte de los cristianos del Líbano y, por supuesto, los judíos de Israel. Distan de ser perfectos –el PKK, en particular, es un grupo terrorista de ideología marxista–, pero en este momento ofrecen una perspectiva preferible a cualquier otra, estando como están ahí el yihadismo suní y el chií. Esto no quiere decir que EEUU deba hacer del establecimiento de un Estado kurdo un objetivo prioritario, pero debemos repensar nuestra posición al respecto.
– Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/opinion/max-boot/a-eeuu-le-interesa-que-haya-un-estado-kurdo-76525/
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.