Yesterday, the U.S. Federal Reserve decided to keep interest rates at their current levels and postpone the predicted increase until a time at which the increase will produce more favorable results. The Fed's decision is a prudent response to the complex circumstances surrounding the United States' economy and the global economy.
Cautiously, but unmistakably, we must say this is the best decision the Federal Open Market Committee could have made, despite pressure to return interest rates to a path of growth. In short, this is because the harm caused by the increase in interest rates would be much greater than the potential benefits, the main benefit being the strict control and reduced risk of inflation. At this time, however, the risk of inflation is very low.
First, the American economic situation, the main cause of the Fed's sleeplessness, gives rise to contradictory interpretations. It is evident that the economy is expected to experience sustained growth during the upcoming trimesters, as international institutions and American banks and businesses have not ceased to emphasize this point. However, this evolution can be subscribed to at a distance.
The view is worse from a few meters off the ground. Unemployment rates have dropped but remain significantly high in some labor sectors. Furthermore, a reassuring approach for achieving full employment has not been developed. What's more, the inflation index continues to be a source of concern. The policy of massive monetary expansion has not been able to situate prices in an environment of healthy growth (two percent), which is a very strong point in favor of maintaining monetary policy at its current (exceptional) level.
It is not easy to reduce to a single formula the definitive reason that justifies Janet Yellen's decision. However, if it were to be done, it could be said that there must be an additional significant decrease in the unemployment rate for the inflation risk to justify a monetary intervention.
At the same time, the shaky evolution of the global economy is a factor that must be worrying the Fed. The Organization for Economic Cooperation and Development has offered a clear diagnosis: The eurozone is experiencing low growth – despite cheap oil and reduced interest rates – that is impeding satisfactory employment generation. China has not yet found a solution to slowing economic growth (new turbulence will probably appear in the upcoming months) and emerging countries face several trimesters of recession or insufficient growth.
In this situation, an increase in interest rates in the dollar zone would cause an outflow of capital in some emerging countries, with unpredictable consequences for financial stability in Latin America (especially Brazil) and Russia, even though the increase would probably stimulate European exports. There would be a greater risk of financial turmoil following a significant change in Washington's monetary policies. Adding up all of these factors, the Fed has decided responsibly.
a Reserva Federal (Fed) decidió ayer mantener los tipos de interés en su nivel actual y aplazar la subida prevista hasta el momento en que se produzcan circunstancias más favorables. La decisión de la Fed es una respuesta prudente a la compleja situación de la economía estadounidense y global.
Con precaución, pero con claridad, hay que decir que esta es la mejor decisión que podía tomar el Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, a pesar de las presiones para que los tipos de interés vuelvan a una senda de ascenso, porque, en resumen, el daño que causaría una subida de tipos es notablemente superior a los beneficios derivados, que se reducen a un control estricto del riesgo inflacionista que, por otra parte, en estos momentos es muy bajo.
En primer término, la situación de la economía estadounidense, objeto principal de los desvelos de la Reserva, da pie a interpretaciones contradictorias. Es evidente que en los próximos trimestres presenta expectativas de crecimiento sostenido, como no cesan de proclamar las instituciones internacionales y los bancos y las empresas del país. Pero esta es una evolución que se puede suscribir a cierta distancia.
Cuando se desciende hasta unos metros del suelo, la percepción es menos buena. La tasa de paro ha bajado, pero sigue siendo significativamente alta para algunos segmentos laborales; y todavía no se ha logrado una aproximación tranquilizadora a la franja del pleno empleo. Por otra parte, el índice de inflación sigue constituyendo un factor de preocupación. La política de expansión monetaria masiva no ha conseguido que los precios se sitúen en el entorno de un crecimiento sano (el 2%) y este es un argumento de mucho peso para mantener la política monetaria en su nivel (excepcional) presente.
No es fácil sintetizar en una sola fórmula la razón definitiva que justifica la decisión de Yellen; pero si hubiera que hacerlo, podría decirse que la tasa de paro tiene que bajar todavía bastante más para que el riesgo de inflación llegue a justificar una intervención monetaria.
Pero es que, además, la vacilante evolución de la economía mundial es un factor que también debe preocupar a la Fed. La OCDE ha ofrecido un pronóstico claro: la zona euro arrastra un bajo crecimiento —a pesar del petróleo barato y los reducidos tipos de interés— que impide generar empleo de forma satisfactoria; China no encuentra una solución para la ralentización del crecimiento (probablemente aparecerán nuevas turbulencias en los próximos meses) y los países emergentes se enfrentan a varios trimestres de recesión o crecimiento insuficiente.
En esta situación, una subida de los tipos de interés en el área del dólar causaría un reflujo de capitales en algunos países emergentes, con consecuencias imprevisibles para la estabilidad financiera en América Latina (particularmente en Brasil) y en Rusia, aunque probablemente estimularía las exportaciones europeas. El riesgo de convulsiones financieras sería más elevado con un cambio significativo de la política monetaria de Washington. Sumando todos los factores, la Fed ha decidido con responsabilidad.
This post appeared on the front page as a direct link to the original article with the above link
.
These costly U.S. attacks failed to achieve their goals, but were conducted in order to inflict a blow against Yemen, for daring to challenge the Israelis.