Americanos
Entre halloween y el Black Friday, hoy vamos terminando noviembre, el mes más americanizado de España. «Americanos, os recibimos con alegría…» Pues eso. Si Mariano Rajoy hubiera convocado las elecciones para el martes 3 de noviembre -al modo de las presidenciales americanas-, eso ya hubiera sido la pera. The pear, en inglés. Lo bueno de americanizarse es que se aprende mucho inglés, que falta hace.
El Black Friday sigue en Estados Unidos al Día de Acción de Gracias – Thanksgiving, en inglés-, y, ya puestos, no sé a qué estamos esperando para tener en España un Día de Acción de Gracias. Bueno, si sé. El Día de Acción de Gracias es una fiesta nacional, y aquí las fiestas nacionales se nos dan fatal. La fiesta de nuestro pueblo es sagrada, sin discusión -¡Viva la Virgen!-, pero una fiesta nacional nueva sería objeto de mucha polémica política: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿qué tenemos que celebrar si aquí no hay nada -ni hubo nunca- que tengamos que celebrar? Habría división y manifestaciones en contra, justo al revés de lo que se pretende.
Los norteamericanos, en el Día de Acción de Gracias, se reúnen a comer en familia. Lo cierto es que ellos viven muy separados, a miles de kilómetros de distancia, ajenos los padres a los hijos, como vemos en las películas. Y, además, comen de pena habitualmente. Nosotros, en cambio, estamos juntos a toda hora y comemos de maravilla. De momento. ¿A qué santo necesitamos nosotros otra fiesta nacional para reunirnos en familia a comer bien? Y no hablemos de santos, que tenemos santos a cascoporro, y les honramos -y nos honramos- comiendo (y bebiendo) divinamente.
Los americanos, en el Día de Acción de Gracias, asan un pavo y se lo zampan. Un pavo, vaya cosa. Nosotros ya tenemos nuestro pavo navideño, y el resto del año al pavo no le hacemos mucho caso, descontando las lonchas de pechuga de pavo, con o sin sal, que, en plan fiambre, servimos a los niños y a los ancianos, mientras nosotros atacamos la paletilla de jamón.
El presidente Obama, como es tradición -los americanos apenas tienen Historia, pero la han sustituido por la tradición-, indultó anteayer simpáticamente a un pavo de 18 semanas. Qué suertudo. El pavo doméstico, según he averiguado, vive -si no acaba en el horno antes de tiempo- entre 10 y 15 años. Este pavo indultado va a tener la oportunidad de conocer a los nietos de Obama, si se le presenta la ocasión.
Los americanos indultan antes a un pavo que a un condenado a la silla eléctrica. Tradiciones, ya digo. Mentalidades. Nosotros indultamos, de cuando en cuando, a un toro bravo, a unos pájaros que han defraudado a Hacienda y, en la Semana Santa de Málaga, a un preso de buen corazón.
Finde Chollo. Esa podría ser nuestra denominación del Black Friday para que todo el mundo lo entendiera. Pero, claro, nos perderíamos la profundización en el inglés.
Los más jóvenes se han familiarizado con el blackpor las Tarjetas Black -ya es triste-, pero los maduros nos hicimos a la idea con el Paint it black, de los Rolling, y con el Black is black, de Los Bravos, expertos en tautologías -obviedades- antes de que Boskov sentenciara que fútbol es fútbol.
Le llamarán Black Friday, pero están queriendo decir rebajas. Un charlatán que venía a los Sanfermines, cuando yo era pequeño, rebajaba todo lo que vendía. Ni a cinco, ni a tres, ni a dos, ni a… Al final, el mercado (y el consumo) es eso, charlatanería. Lo veo negro.
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