Three Fronts to Combat Terror

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La declaración de guerra de Francia al Estado Islámico (EI) es solo el comienzo de uno de los tres frentes en que hay que luchar en forma simultánea, como única forma efectiva para eliminar de la faz de la tierra a una barbarie terrorista que excede incluso a la que en su momento representó Al Qaeda como amenaza a la paz y a la convivencia pacífica en el mundo entero. El presidente François Hollande anunció que Francia está en estado de guerra contra el EI y envió a sus aviones a bombardear un importante enclave de los terroristas, en represalia inmediata por los horrendos ataques del 13N en París. Definió además la opción militar indispensable para acciones ofensivas al anunciar que se reunirá con los presidentes de Estados Unidos y de Rusia para coordinar ofensivas conjuntas.

Este acuerdo ha estado ausente hasta ahora en los ataques aéreos a objetivos del EI. Las tres potencias los han bombardeado en diferentes momentos, seleccionando blancos por su cuenta. Los presidentes Barack Obama y Vladímir Putin reconocieron, en una sorpresiva reunión bilateral al día siguiente del fatídico viernes 13, la necesidad de actuar en forma coordinada. Pero no lograron un acuerdo final debido a sus diferencias sobre el futuro del dictador sirio Bachar al Asad, que Putin quiere mantener en el poder y las potencias occidentales insisten en que lo abandone como paso necesario para empezar a ordenar esa convulsionada nación. Pero la efectividad de la acción armada en gran escala, deplorable como toda guerra pero ineludible, exige que Putin, Obama, Hollande y los demás jefes de gobierno de la alianza que combate al EI acuerden acciones organizadas en un plan de guerra común por aire, mar y tierra, que ha faltado hasta ahora, contra los terroristas que se han apoderado de vastos territorios en Irak y Siria, y sembrado el terror en el mundo entero.

El segundo frente de combate es dentro de los países que el EI anunció que atacará con otros atentados sangrientos, fundamentalmente en Europa y Estados Unidos. Hollande ha decretado un estado de emergencia en Francia y pidió al Parlamento poderes especiales para acentuar la vigilancia interna, como hizo Estados Unidos después del 11S en 2001. Los eficientes servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad de las naciones amenazadas necesitan más libertad de acción contra sospechosos y para tratar de prevenir atentados .

El tercer frente es responsabilidad del mundo islámico opuesto al fanatismo extremista del EI y que practica el islam como una religión dispuesta a la convivencia pacífica con todos. Esto incluye a muchas naciones con gobiernos musulmanes y a las voluminosas comunidades que profesan esa religión y viven actualmente en Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y otras muchas naciones en las que el EI capta adeptos para sus milicias y sus atentados. Ese sector mayoritario de la comunidad musulmana mundial tiene que repudiar enérgicamente la existencia del EI y sus acciones y contribuir eficazmente a individualizar y denunciar a sus miembros que sean simpatizantes de la siniestra organización terrorista. Solo la acción unificada y resuelta del mundo civilizado en esas tres vías permitirá erradicar un cáncer que amenaza propagarse por todo el planeta, con consecuencias terribles para la humanidad, a menos que sea extirpado a tiempo y sin miramientos.

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