Where Are They?

 

 

<--

Me gustaría saber dónde están en este momento Bush, Chenney, Condolezza, Powell, Rumsfield… los verdaderos responsables del terrorismo, de la demencia colectiva que vivimos actualmente.

Me los imagino barrigones, aplastados en sus sillones de cuero, podridos de dólares y atascados en su soberbia. Protegidos por inmunidad sagrada, exentos de confesar la verdad, olímpicos.

Ellos. Los que se inventaron una guerra basada en mentiras, movida simplemente por intereses económicos. Una guerra que disparó esta conflagración mundial y ya no la detiene nadie.

Ellos. Los perversos, los que manipularon a Blair, títere inglés que ahora se forra en oro dictando conferencias sobre la paz. Aznar, que como su apellido lo indica, se agachó a rebuznar y acatar órdenes del Imperio USA. Los presidentes de Italia, Portugal, Polonia y Colombia, entre los países que apoyaron este desmadre, este genocidio indiscriminado que no tiene final.

Estados Unidos ha sido el causante de las peores guerras inventadas. En su inventario moral figurarán para siempre millones y millones de seres inocentes, víctimas de estas atrocidades. ¿Remember Vietnam? Sin que el resto de los países digan ni pío. Todavía se creen intocables. Son los “buenos” que combaten los “ejes del mal”.

¿Se imaginan por un segundo a Donald Trump de presidente? ¿Un demente guerrerista, xenófobo, vacío de materia gris pero repleto de dólares? ¿Cuánto tardaría en apretar el botón nuclear? Lo más trágico de esta pregunta hipotética es que puede convertirse en una realidad.

¿También me pregunto dónde estaba Gorbachov, el único y directo responsable de que miles de seres humanos murieran sin necesidad en el desastre nuclear de Chernobyl? El secretismo soviético fue el responsable de esta tragedia. La más grave en la historia de la humanidad. Plantas nucleares defectuosas, personal sin autonomía para tomar decisiones. Mentiras oficiales para tapar la magnitud de la explosión, varias veces más poderosa y letal que Hiroshima y Nagasaki juntas. Radioactividad mortal, expandida al mundo entero por el viento y las aguas del mar.

El libro ‘Voces de Chernobyl’ escrito por Svetlana Alexievich, ganadora del último Premio Nobel, nos entrega las voces de los que jamás pudieron hablar. Los que tuvieron que abandonar sus pueblos, comer carne radiactiva, parir hijos deformes. Ver morir como monstruos sus seres queridos, los que se vieron obligados a vivir en medio del infierno, sin ropas adecuadas. Sin ninguna información, llevados como fueron llevados los judíos al holocausto nazi.

Todo el planeta ha sido víctima de Chernobyl. ¡Y jamás hemos sabido la verdad! Nos seguimos envenenando diariamente, silenciosamente. ¿Y ellos dónde están?

Porque los de ahora, sí lo sabemos. Putin, más hermético que una caja fuerte, obsesionado con reconstruir su imperio a como dé lugar. Estados Unidos con Obama que quiere hacer las cosas correctamente, pero la tiene cuesta arriba. Hollande y sus gritos de guerra armada que no conducen a nada. El Califato que quiere imponerse a sangre y fuego. Alemania que está que les cierra las puertas a los refugiados. Bélgica paralizada del terror después de creerse la reina de la corona. Una Europa sin líderes de verdad ni estadistas, enfrentados al terror del átomo y de la demencia fundamentalista.

About this publication