Estados Unidos es un país complejo, su magia radica en su poderío militar, la publicidad y los espectáculos; productos mágicos que contribuyen a ocultar sus contradicciones, sus retrasos ideológicos y culturales y, desde luego, le han permitido llegar a la cumbre. País belicoso, no ha sabido vivir y crecer sin guerras. Comenzó eliminando nativos americanos y siguió invadiendo una larga lista, casi infinita, de países. Utilizan dos palabras: democracia y libertad y una frase: Destino manifiesto. Por ellas sus fuerzas militares destruyen países y eliminan civilizaciones. Sin embargo, seguimos viéndolos como el American dream. El paraíso. Pero si uno estudia a fondo a los norteamericanos, su historia está llena de crueldad, perversión y muerte. La pobreza sirve para hacer filmes donde la conclusión es aquí todos pueden ser ricos, basta audacia y fe, religiosa y política. El dinero es Dios.
En los inicios su víctima favorita fue México. El historiador Gastón García Cantú y el apenas recordado Mario Gill hicieron estudios pormenorizados de las agresiones gringas a suelo nacional. Hoy no se necesita pisar territorio mexicano para agredirlo o tenerlo controlado. Los detestamos, pero en nuestros planes está, si se es culto, el viaje a Nueva York o a Washington para ver sus notables museos, si se es frívolo, el proyecto son La Vegas y Orlando, las compras fronterizas. Su mejor arma de convencimiento no es su gran literatura y su arte, es el cine y son los medios de comunicación.
Ahora el proceso electoral pone al descubierto sus defectos más patentes. Son racistas y los latinos han pasado a ocupar el lugar de los negros y los judíos. País de emigrantes, hoy no los toleran y ello lo apreciamos gracias a un héroe prototipo de EU: Donald Trump. No ganará las elecciones ante una mujer (la primera) que llegará a la Casa Blanca por segunda vez, primero como esposa y ahora como presidenta. Pero la campaña electoral nos ha permitido ver el mar de fondo de ese fascinante país: el racismo y el patriotismo a ultranza.
Es casi seguro que la señora Clinton pasará a la historia como la primera mujer que llega a tan importante cargo, de hecho, será la rectora del mundo. Eso representará un golpe de suerte para el planeta. Es una mujer cultura, hábil, sensible y aunque no cambiará radicalmente a su país, el lugar donde un fascista como Trump cuenta con millones de adeptos, tantos como tiene la Asociación del Rifle y la cinematografía hollywoodense, tendrá las riendas del país, más si consigue mayoría parlamentaria. De cualquier modo, la tarea se antoja titánica y vamos a nuevos rumbos. A nivel internacional, la globalización está en crisis, ha perdido la magia que los creadores, una vez eliminado “el peligro” comunista, le dieron. EU tiene, por lo pronto, que acabar a través de negociaciones el atroz avispero que hicieron en Oriente Medio, una zona golpeada, destruida y ahora el principal tema cinematográfico. Faltan solamente que los súper héroes como Superman o Batman vayan a poner las cosas en su lugar. No olvidemos que hasta Tarzán en los años de la Segunda Guerra Mundial peleó contra los nazis. La cinematografía es como fábrica de ilusiones, las buenas y las malas, pero en general nos apendejan. Sólo en la televisión, en los años finales del macartismo, un batallón (Combate) solito destruyó el poderío alemán, sin considerar nunca que el Ejército Rojo eliminó la espina dorsal del poderío hitleriano pagando una cuota de sangre impresionante, lo que sí fue un holocausto de mayores y trágicas consecuencias y la devastación de sus más importantes ciudades.
La señora Clinton tiene en sus manos llaves para mejorar a su nación. No puede ser más el gendarme del mundo. Que se ha llenado de emigrantes, es normal, cada vez que los marines invaden y destrozan un país, como armas publicitarias aparecen las invitaciones para que aquellos que quieren ser hombres y mujeres libres vayan a EU a rehacer su vida. Sólo en años recientes, asiáticos y latinoamericanos llegaron por mares. De la Cuba liberada por Fidel Castro y los suyos, salieron hordas de ricos y anticomunistas a conformar el núcleo básico del nuevo anticomunismo profesional. De Miami, tarde o temprano, saldrán ex cubanos a reorganizar la Isla, ya liberada del comunismo de Castro.
La tarea de mejorar la economía y los aspectos sociales en EU no es fácil. Eliminar las contradicciones fundamentales tampoco, recuperar prestigio internacional sin matar o torturar (Guantánamo) musulmanes, menos. Pero es mucho más probable que la señora Clinton lo intente, lo que es ganancia, sin intervenciones militares.
Si Estados Unidos tuviera que pedir perdón por sus brutales excesos, no le alcanzaría el tiempo, no hay país que no haya sido agraviado por su arrogancia, pero si el militarismo cede, si esa inmensa potencia militar busca otros medios para “recomponer” el mundo a su imagen y semejanza, podrá tener mejores resultados y menos devastación y sangre como ha producido. El comunismo ya no es amenaza para nadie, hay un proceso natural de reorganización a escala mundial. El mundo ha envejecido rodeado de utopías y proyectos de dominación. Hay que darle un respiro para que los viejos sistemas caigan y haya un nuevo orden mundial, armónico y positivo, como lo buscan las personas más avanzadas en países como Francia, Gran Bretaña, España y la mayoría de las naciones de Oriente Medio. En México también.
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