Trump recula
Lo que pocos esperaban se ha visto estos últimos días en la campaña presidencial de Estados Unidos. Un Donald Trump un poco humilde. Y aquí no me refiero a su admisión de que a veces dice cosas de las cuales luego se arrepiente, lo que evidentemente causó fuerte revuelo. Me refiero a un tema directamente vinculado con México, la inmigración y la deportación de los indocumentados.
Fuerte, pero justo. Firme y justo. Así describió Trump ante los medios de comunicación que será su política hacia la migración. Su plan para arreglar el sistema migratorio estadunidense que nadie discute, requiere ser compuesto.
El problema es que Trump arrancó su campaña insultando a los migrantes hispanos, describiéndolos como violadores, criminales y que, por ello, serían sacados del país si él gana la Presidencia. ¡Ah! Y, obvio, para reforzar la seguridad, ha estado repite y repite que mandaría construir un muro en la frontera, tan alto que ninguna escalera podría ayudar a que sigan cruzando los indocumentados. Un muro que tendría que pagar México.
Ahora, viendo cómo están sus números y lo que las bajas preferencias de los hispanos significan para sus posibilidades de triunfo en noviembre, Trump está moderando su discurso.
Algo evidente si tomamos en cuenta que no es lo mismo hablarle al electorado de la extrema derecha, que es el que importaba en las primarias, que hablarle al electorado nacional, que es el que decidirá quién llega a los 270 votos del colegio electoral y, con ello, se queda con las llaves de la Casa Blanca.
En la más reciente encuesta de Fox News sobre preferencias de los latinos, Donald Trump está 46 puntos porcentuales detrás de Hillary Clinton. No es la cifra tan abrumadora de 99 por ciento de afroamericanos que prefieren a Hillary sobre Trump (prácticamente todos), pero sí es una diferencia abrumadora que, evidentemente, ha preocupado a la nueva directiva de la campaña de Trump.
Y es que en noviembre podrán votar 27.3 millones de latinos. Es un cifra nunca antes vista y que seguirá creciendo, ya que es el grupo demográfico que mayor tendencia a aumentar tiene.
Además, importa en donde marcan una diferencia: en estados como Florida, Colorado, Nevada y Arizona. Si sumamos los votos electorales de estos cuatro estados, en los que actualmente puede ganar tanto Hillary como Trump, se entiende porqué Trump ha tenido que mesurar su postura frente a los indocumentados y frente a la migración.
Florida es la joya de la corona, con 29 votos. Arizona, 11; Colorado, 9; Nevada, 6. En total, 55 de los 270 votos necesarios, o un 20% del camino hacia la Casa Blanca.
Esta semana, el jueves, está agendado que Trump dé una plática aclarando su postura sobre el tema. Hay versiones que hablan de que se va a posponer. En cualquier caso, el papel de los migrantes ya no le está resultando de fácil retórica a Trump.
Tiene, hoy por hoy, el dilema de intentar mesurarse para ganar sus simpatías… y votos, con el riesgo de perder el apoyo de todos los que están a favor de su discurso políticamente incorrecto que lo llevaron a ganar la nominación del Partido Republicano.
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