Tras siete años de investigación, la Comisión Europea (CE) anunció ayer una multa récord de 2.424 millones de euros a Google por abusar de su posición de dominio de mercado a través de su servicio de comparación de productos conocido como GoogleShopping. No sólo estamos ante una multa histórica por la cuantía (supera los 1.060 millones con los que la UE sancionó a Intel en 2009) sino que además estamos ante un dictamen que va a obligar al buscador a cambiar el modus operandi de su algoritomo de búsqueda enterritorio europeo.
Google acapara el 90% de las búsquedas por internet que hacen los europeos. Creemos que la CE hace bien en controlar las prácticas del gigante estadounidense e imponer sus reglas de juego para que el colosal tamaño que ha alcanzado el buscador enEuropa no coarte la competencia. En la nueva economía digital en la que nuestras empresas tienen que desarrollar su negocio es vital que los canales -entre ellos, los buscadores- que éstas necesitan para conectarse con sus potenciales clientes o compradores se sometan a una normativa justa y clara. También es esencial que la regulación se adapte a esa nueva realidad digital para permitir que los usuarios se beneficien de las innumerables ventajas que ofrece la red y no se vulneren sus derechos.
El conflicto de Google Shopping estriba en la diferente interpretación que la CE y el buscador hacen de esta plataforma. La multinacional estadounidense concibe este servicio como un espacio para que las empresas que quieran vender sus productos se den de alta y el consumidor pueda utilizarlo para comparar precios y en su caso, comprar el producto directamente cuando haga una búsqueda en Google. Sin embargo, Bruselas lo ve como una plataforma que ocupa un lugar primordial en las búsquedas (la parte superior de las pantallas de los dispositivos) y que está destinada a alimentar el propio negocio de Google en detrimento de otros comparadores a los que el usuario sólo puede acceder si pasa una media de cuatro páginas en su búsqueda.
Según los datos de la Comisión, los primeros 10 resultados que aparecen en una búsqueda hecha por ordenador copan el 95% del tráfico. Un porcentaje que es aún mayor en el caso del móvil. Con este argumento, consideramos pertinente que la UE obligue a Google a cambiar las prácticas de Alphabet, la matriz de su buscador, para velar por la competencia.
La compañía alega que otras plataformas, como Ebay o Amazon, también ofrecen este tipo de servicios. Pero la clave es que el algoritmo somete a estas plataformas al mismo proceso que el resto de competidores: número de clicks, preferencias del perfil del usuario y publicidad.
Hay que puntualizar que tener una posición dominante no es ilegal según las leyes antimonopolio comunitarias. Pero con este dictamen Bruselas quiere dejar claro que liderar un mercado en Europa obliga a las compañías a tener una “responsabilidad especial”, como ha recordado la Comisión. Esto es especialmente importante en el caso de internet, donde no sólo están en juego los intereses de empresarios y consumidores sino también el acceso de los ciudadanos a las comunicaciones y a la Sociedad del Conocimiento.
Google, que como es lógico ha expresado su total desacuerdo con el resultado de la investigación de la CE, está en su derecho ahora de presentar sus alegaciones y en su caso, recurrir esta dura multa que representa el 5% de su facturación mundial.
Esta batalla no es la única que el buscador tiene abierta en Europa. La CE también tiene abiertos otros dos expedientes por su negocio publicitario AdSense y su sistema operativo Android, gracias al cual funcionan la mayoría de los teléfonos móviles de los europeos.
Sería deseable que se agilizasen estas investigaciones
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.