The Dreamers’ Nightmare

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de tumbar el ‘Programa de acción diferida para los llegados en la infancia’ (Daca, por sus siglas en inglés).

La idea del presidente Barack Obama, cuando estableció el programa en el 2012, era formalizar de manera temporal a aquellos que, en su mayoría de América Latina, llegaron como jóvenes inmigrantes sin papeles a ese país, con la condición de que no tuvieran antecedentes criminales, entre otras condiciones. Los llamados ‘dreamers’ (soñadores).

Era el reconocimiento de que EE. UU. se enorgullecía de ser un país levantado por inmigrantes y en donde salir adelante era posible dentro de la lógica del trabajo duro, de la inteligencia y del mérito: el sueño americano en la más noble de sus versiones.

Pero ahora, por la decisión de Trump, siguiendo los dictados de la derecha supremacista y racista, unos 800.000 jóvenes, entre ellos muchos colombianos, quedaron en un limbo injusto y desesperado, porque si en seis meses del Congreso no surge una salida legal para estos, estarían expuestos a la deportación a sus países de origen, en muchos casos a lugares que no conocen, donde ya no tienen familia y en donde quizás ni siquiera hablan la lengua. Un olímpico lavado de manos de Trump.

Comentados los debates jurídicos o los testimonios angustiosos de los dreamers, vale la pena reflexionar sobre lo que está sucediendo en una sociedad que tiene entre sus prioridades deportar a algunas de sus mentes más brillantes o a parte de su mano de obra más cualificada, a jóvenes en los cuales el Estado ha invertido enormes recursos y en quienes están enfocadas tantas esperanzas no solo de sus familiares, sino del país mismo.

Por suerte, hay estados que en una especie de rebeldía han prometido proteger a sus dreamers. California es uno de ellos. También, centros académicos y universidades se han comprometido a salvaguardar información de sus alumnos indocumentados y varias empresas de talla mundial, como Facebook, Disney y Apple, han condenado la decisión del Presidente.

La eliminación del Daca, enmarcada en el llamado ‘American First’ (América primero) de la administración Trump, sin duda, se está convirtiendo en un doloroso tiro en el pie.

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