La patada a la mesa de Trump
¿Retirada? ¿Reposicionamiento? La cascada de decisiones de Donald Trump en política exterior admite interpretaciones. Y una certeza, la ruptura con el legado del blandoObama. Por eso se retiró de dos grandes acuerdos negociados por su antecesor: el Tratado Transpacífico, un pacto comercial con los aliados asiáticos y el Acuerdo del Clima de París.
Las espantadas de Trump convierten a EEUU en “un país que se retira”, escribió hace unos días Pablo Pardo citando a Richard Haass, que preside un think tank sobre relaciones externas. Regreso al aislacionismo tras décadas de intervención en el exterior propiciada por la Guerra Fría.
Peter Baker decía en su White House Memo que firma en The New York Times: “Es el comienzo de un reposicionamiento de Estados Unidos en el mundo que puede durar años”. Aludía a dos decisiones muy polémicas de gran relevancia diplomática e informativa.
La retirada del Acuerdo Nuclear con Irán enfrenta a Washington con Europa, que contiene el aliento mientras negocia sobre tarifas comerciales. El traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén causa tensiones con los principales aliados árabes. La fecha elegida, el 70º aniversario de la creación de Israel (y por lo tanto de la Nakba, la marcha forzosa de 700.000 palestinos) indica a las claras las preferencias de Trump. Sonrisas en la apertura de la nueva legación. Seis decenas de muertos en la Franja de Gaza.
En el tablero asiático, Trump juega dos partidas simultáneas de ajedrez: una comercial con China, única potencia que puede rivalizar hoy con EEUU y otra con la Corea del Norte del imprevisible y atómico Kim.
Un español que sigue con atención la política exterior americana me decía ayer en su despacho con vistas de Manhattan: “Trump no respeta los usos diplomáticos. Lo primero que hace es darle una patada a la mesa. Pero no conviene olvidar su reputación, anterior a su paso a la política, de hacedor de tratos”.
De momento hay gran tensión en las cancillerías. Eindignación en gran parte de la opinión pública mundial. No así en su base electoral, satisfecha con un político que cumple su promesa: “America, first”. Veremos cuando haya que volver a la mesa de negociación.
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