Trump canta victoria, los demócratas prometen guerra
Entregado el informe Mueller, el presidente habla de “completa y total exoneración” y sus rivales reiteran que la trama rusa es solo una parte y seguirán investigando en el Congreso
Después de 22 meses con una espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza, Donald Trump cantó al fin victoria. “No hay conspiración, no hay obstrucción, completa y total EXONERACIÓN. ¡MANTENGAMOS AMÉRICA GRANDE!”, escribió en Twitter, una hora después de que el fiscal general, William Barr, entregara al Congreso su informe con las conclusiones de la investigación de Robert Mueller sobre la posible conspiración del presidente y su entorno con Rusia. La acusación, insistió, “es la cosa más ridícula que he oído nunca”. Lo dijo minutos antes de embarcar en el Air Force One que le llevaría de regreso a Washington desde Palm Beach, Florida, donde había pasado un fin de semana crucial para su presidencia. “Es una pena que nuestro país haya tenido que pasar por esto, que vuestro presidente haya tenido que pasar por esto”, añadió. “Fue un derribo ilegal que ha fracasado”.
La lectura que hace Trump de “exoneración total” no es correcta: “Mientras este informe no concluye que el presidente cometiera un delito, tampoco le exonera”, dice literalmente el documento de Barr, citando al propio Mueller. Pero su reacción en caliente indica el camino que con toda probabilidad seguirá el presidente hasta las elecciones de noviembre del año que viene. Cualquier intento de seguir investigando, defenderá, será una continuación, carente ya de cualquier base, de la “caza de brujas”. El otrora sospechoso se presentará como víctima de unos demócratas radicalizados que conspiran para evitar que América sea grande de nuevo. Algo que, confían en la Casa Blanca y temen los demócratas más cautos, puede funcionarle entre los votantes indecisos el año que viene.
Pero los demócratas enviaron ya ayer señales de que no tienen intención de abandonar las investigaciones en curso, ahora que su mayoría en la Cámara baja les da herramientas para hacerlo. Lo anunció por Twitter el congresista Jerry Nadler, presidente del Comité clave para conducir las investigaciones desde la Cámara de Representantes: “A la luz de las muy preocupantes discrepancias y la toma de decisiones final en el Departamento de Justicia después del informe del fiscal especial, donde Mueller no exonera al presidente, llamaremos al fiscal general Barr a testificar ante el Comité Judicial en un futuro cercano”.
Nadler dejó claro que, en opinión de los demócratas, la publicación del resumen del informe de Mueller no es más que el comienzo y que la iniciativa corresponde ahora a los legisladores. “Parece que el Departamento de Justicia está poniendo el asunto directamente en el campo del Congreso”, dijo en otro tuit.
Es la estrategia que estaban siguiendo los demócratas en las últimas semanas, anticipando un informe Mueller que la altísima expectación tenía todos los visos de convertir en decepcionante. La idea era rebajar las expectativas de la investigación sobre la trama rusa e insistir en que se trata solo de un frente limitado, que no libra al Congreso de su deber de escrutinio del Poder Ejecutivo. “El trabajo del Congreso es mucho más amplio que el trabajo del fiscal especial”, dijo también Nadler el domingo en televisión, antes de conocer el resumen de Barr. “Debemos proteger el imperio de la ley. Debemos perseguir los abusos del poder. Debemos perseguir la obstrucción a la justicia. Debemos perseguir la corrupción”, explicó.
La primera batalla será lograr acceso al informe completo de Mueller. Un empeño que Nadler advirtió que no dudarían en llevar hasta el Tribunal Supremo si fuera necesario. La batalla final, la de un eventual impeachment o proceso de destitución del presidente desde el Congreso, está hoy un poco más lejos. “Es demasiado pronto” para hablar de ello, dijo Nadler, al frente del Comité desde el que se activaría en la Cámara baja el proceso, que después habría de decidir por mayoría de dos tercios el Senado (que está en manos republicanas). Pero parece claro que lo revelado ayer por Barr difícilmente constituye ese “algo tan convincente y abrumador para los dos partidos” que Nancy Pelosi, la cauta líder de la mayoría demócrata en la Cámara baja, dijo que haría falta para que ella apoyara un impeachment.
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