La multitud que aspira al puesto de Trump
Parecería que más de la mitad de los miembros del Partido Demócrata quiere ser Presidente. Sin embargo, de hecho, hasta ahora sólo son 24 los que se han visto en el espejo y se han convencido a sí mismos que tienen todo para, en el 2020, sacar de la Casa Blanca a Donald Trump. Aun así, son demasiados. Algunos de ellos totalmente desconocidos y sin la más mínima posibilidad de llegar a la Presidencia. Un juego peligroso que podría concluir con el mandatario quedándose en la Oficina Oval cuatro años más.
Todavía no nos reponemos de las elecciones de 2016 cuando ya empezaron de nuevo las campañas con las que este país vivirá los próximos 17 meses. Tiempo en que seguro más se postularán, mientras otros abandonarán la carrera cuya victoria sólo estuvo en sus sueños, inspirados en casos, por el éxito inesperado que llevó a Trump al poder.
En el diverso grupo, incluyendo seis mujeres, que hasta este momento oficialmente reúne los requisitos y ha lanzado su candidatura, están:
Joseph Biden, exsenador y exvicepresidente; Cory Booker, senador por Nueva Jersey; Steve Bullock, gobernador de Montana: Pete Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana; Michael Bennet, senador por Colorado; Julian Castro, exalcalde de San Antonio; Bill de Blasio, alcalde de Nueva York; John Delaney, exlegislador de Maryland; Tulsi Gabbard, congresista por Hawái; Kirsten Gillibrand, senadora por Nueva York; Kamala Harris, senadora por California; John Hickenlooper, exgobernador de Colorado; Jay Inslee, gobernador del estado de Washington; Amy Klobuchar, senadora por Minnesota; Wayne Messam, alcalde de Miramar, Florida; Selth Moulton, congresista por Massachusetts; Betto O’Rourke, excongresista de Texas; Tim Ryan, legislador por Ohio; Bernie Sanders, senador por Vermont; Eric Swalwell, congresista por California; Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts, así como también Marianne Williamson, autora de libros y consejera espiritual de Oprah Winfrey; el empresario Andrew Yang y el exsenador de 88 años, Mike Gravel.
De todos ellos el más conocido y considerado con más posibilidades de ganarle a Trump es para muchos Joe Biden, de 76 años de edad, quien fuera vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama. Sin embargo, para algunos analistas “es demasiado viejo y demasiado blanco”, con ideas que difieren de quienes hoy día constituyen la base de su partido.
Biden, a quien en el momento las encuestas ubican ocho puntos por arriba de Trump, logró reunir 6.3 millones de dólares en donaciones, en las primeras 24 horas que siguieron al anuncio de su postulación. Sus partidarios dicen que inspira confianza y es un hombre decente, con más de 35 años de experiencia en las políticas de Washington. Para otros, Biden ha cometido demasiados errores y tiene fama de ser demasiado efusivo y tener la lengua suelta.
Otro que las encuestas señalan con posibilidades de ganar la candidatura es el senador por Vermont, Bernie Sanders, de 77 años, de ideas izquierdistas, con gran arrastre entre los jóvenes, quien estuvo a punto de arrancarle la nominación a Hillary Clinton en 2016. Eso tiene sin dormir a los demócratas moderados, quienes dan por hecho que si es él el postulado, eso garantizaría un segundo término para Trump.
No falta desde luego quienes piensen que ya es tiempo de que una mujer sea presidenta. Pero éstas primero tienen que llegar a los debates organizados por su partido para junio, dos noches consecutivas en Miami y otras dos, programadas para Julio, en Detroit. En cada debate sólo tendrán cabida 10 aspirantes, dándoseles prioridad a quienes tengan la mayor popularidad y la mayor cantidad de dinero recabado para ese entonces. Hasta ahora ninguno alcanza los cien millones que ya Trump recibió.
El actual es sin duda el más grande contingente de aspirantes demócratas a la Presidencia en la historia de este país, por lo que uno se pregunta ¿para qué se apuntan si de antemano saben que no van a ganar? Pero, es que las elecciones primarias producirán un candidato pero muchos ganadores, ya que al resto se le abrirán oportunidades de puestos en el gabinete, ofertas para escribir libros, contratos para televisión y oportunidades para pronunciar discursos que son muy bien pagados.
Es como una industria de autopromoción y qué mejor manera de venderte que decir que corriste para presidente. La ganancia es más que la humillación. No en balde, según la Comisión Federal Electoral (FEC), hasta el 27 de mayo se habrían inscrito como candidatos 738 estadunidenses.
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