The Devil, the Details, the Worst Scenario

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Decía yo aquí la semana pasada que tal vez el peor escenario de la negociación estadounidense es aquel que sería celebrado como un triunfo. Es decir, que no se impusieran tarifas ayer, pero que por medio de un par de compromisos quedara siempre viva la amenaza de, algún día, imponerlas. Por desgracia, creo que en esas andamos. El acuerdo alcanzado, en el que México pone todo, no tiene metas precisas por las cuales se evalúe si las medidas han sido exitosas o no. Ayer, The Wall Street Journal publicó un borrador de la argumentación que el presidente Trump pensaba hacer para imponer las tarifas argumentando una emergencia nacional. En el documento el gobierno estadunidense afirmaba que del primero de octubre a la fecha se había arrestado a 675 mil inmigrantes sin documentos intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. 95 mil al mes, en promedio, poco más de 3 mil diarios, aunque la cifra ha aumentado considerablemente en los últimos meses. En mayo fueron 140 mil. ADVERTISING ¿Cuál debe ser la cifra dentro de 90 días para que no lleguen los aranceles o dentro de 45, cuando se evaluarán las medidas? Ayer, el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, dijo que, hasta ayer, Estados Unidos estaba mandando cada día un par de cientos de solicitantes de asilo a México para que esperaran el fin de su proceso, pero que ahora lo podrán hacer “a todo gas”. ¿Qué quiere decir eso? ¿Dónde esperarán? ¿Cuánto costará? Ayer el director de Comar calculó que para agosto podrían ser 60 mil. ¿Son suficientes para Trump? Porque ayer Marcelo Ebrard dijo con claridad que la posición de Trump es que lleguen allá “cero, que no pasen por México, pero evidentemente, yo creo que esa es una posición imposible, muy difícil”. Y luego, lo del acuerdo “secreto”, que vaya a saber usted si existe o no, si es la “solución regional” de la que habló Ebrard ayer en la mañanera, o simplemente un invento más del presidente estadunidense. Mientras tanto, miles de fuerzas federales al sur, donde entre sábado y domingo hubo seis víctimas de homicidio según el reporte diario del gobierno; en todo el país hubo 214.

La única certeza desde el viernes es quiénes fueron los verdaderos perdedores: los migrantes.

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