Trump’s ‘Type’

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El “tipo” de Trump

• No es la primera denuncia de este tipo al mismo personaje. De hecho, ésta es la número 16. Con seguridad, no será la última. Con mayor certeza sabemos que la respuesta de un agresor siempre es la misma: negación.

“En el instante en que la puerta del probador se cerró, se abalanzó sobre mí, presionándome contra la pared y golpeándome la cabeza gravemente, puso su boca contra mis labios…”, lo cuenta la columnista E. Jean Carroll en su nuevo libro ¿Para qué necesitamos a los hombres?, que está por salir a la venta. El acusado, Donald Trump. Esto ya provocó reacciones al interior de la Casa Blanca, pues, en el relato, la periodista asegura que los hechos ocurrieron en la década de los 90 dentro de la tienda Bergdorf Goodman; detalla que, tras estar inmovilizada contra la pared, el hoy presidente de Estados Unidos le bajó las medias, abrió la bragueta de su pantalón y la penetró; hasta entonces pudo zafarse y escapar.

No es la primera denuncia de este tipo al mismo personaje. De hecho, ésta es la número 16. Con seguridad, no será la última. Con mayor certeza sabemos que la respuesta de un agresor siempre es la misma: negación. Aunque también habrá quien, como Trump, vaya más lejos y busque sacudirse de toda responsabilidad no sólo negando, sino también desacreditando a quien lo acusa.

“Lo diré con gran respeto: número uno, ella no es mi tipo. Número dos, nunca sucedió. Nunca sucedió, ¿de acuerdo?…”, expresó el presidente de EU en una entrevista para The Hill. ¿Qué quiso decir el presidente? Innecesaria la explicación. ¿Cuántas veces hemos escuchado respuestas así en nuestro entorno cercano?

Por sujetos como Donald Trump es que aplaudimos movimientos como el anunciado ayer en la ceremonia del Ariel en la Cineteca Nacional. Lo diremos en este espacio las veces que sea necesario: debemos entender las dimensiones y las variantes de la violencia de género. Así como Carroll narra en su libro la agresión de la que fue víctima, así también actrices, productoras, editoras, directoras y un sinfín de mujeres que trabajan en la industria del cine y la televisión en nuestro país levantan la voz contra la disparidad de género que no permite que ni las historias de ficción que se cuentan en pantalla sean tratadas con perspectiva de género.

“Si alguna vez te has enfrentado con algún tipo de acoso o violencia sexual por hacer tu trabajo: no estás sola, estamos juntas. Si has recibido un trato laboral injustificado por tu género: no estás sola, estamos juntas. Si has tenido miedo de que tu carrera pudiera verse afectada y te has tenido que quedar callada: no estás sola, estamos juntas…”. Un mensaje que debe escucharse más allá del mundo del entretenimiento o cualquier actividad que se viva bajo un reflector. Porque es la realidad del mundo, ocurre en todos los países, incluso en los que vemos a distancia y calificamos como de primer mundo. Apenas hace un par de días, en Noruega, igualaron los salarios para las y los miembros de sus selecciones de futbol. En 2019, las mujeres somos relegadas en el reconocimiento y gratificación.

La equidad es el gran asunto pendiente de, repetimos, una sociedad que debería hacer todo a su alcance para optimizar su potencial. Menos Trumps y más mujeres que “no sean su tipo” y levanten la voz, por favor.

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