Mirado como un ‘tigre de papel’ que amenaza e insulta sin asustar a nadie o lograr ninguno de sus propósitos (en China, Venezuela, Irán, Corea del Norte, Turquía, Afaganistán, el Medio Oriente, etc.) y después de la lluvia de reproches que le llovieron sobre la cabeza cuando hace unos días decidió retirar sus tropas de Siria y abandonar a sus aliados kurdos en manos del implacable turco Recep Erdogan, el presidente norteamericano Donald Trump acaba de apuntarse un extraordinario triunfo: el ejército estadounidense -que oficialmente comanda- localizó y eliminó a Abu Bakr el Bagdadi el monstruoso líder del autoproclamado Estado Islámico cuyo sangriento itinerario horroriza.
Un éxito que en Europa se le reconoce y lamenta no poder compartir pero que la prensa norteamericana, en su gran mayoría simpatizante del Partido Demócrata y por consiguiente adversa, trata de minimizar. Lo que sin duda constituye una gran injusticia ya que de haber fracasado, lo habría culpado en un ciento por ciento. Una caricatura alusiva en un periódico israelí muestra a una mujer sollozando y un hombre consolándola y preguntando: “¿Por qué lloras? El Bagdadi era un terrorista, un asesino, un esclavista y un traficante de mujeres y niños, ¿por qué lloras su muerte?”. Y ella responde: “¡Porque hace quedar bien a Trump!”. Así de absurdo puede ser el fanatismo político.
Pero Trump no le para tanta bola a sus enemigos y busca aprovechar su momento para fines electorales que parecen dictar todas sus acciones Y fiel a su táctica de siempre antagonizar el pueblo contra la elite, montó el ‘show’ con un tuit, para preparar a su público a permanecer atento a la hora del anuncio oficial de la importante noticia, creando el suspenso. Luego lo hizo, a su manera, con lujo de detalles de la operación y un lenguaje violento e insultante que el civilizado Occidente no digiere, tratándose de un muerto, por más malvado que fuera.
En su discurso Trump calificó a El Bagdadi de “cobarde” y “perdedor” y dijo que murió “como un perro”; y fue criticado. Sin embargo, el periódico francés Liberation (de izquierda) publicó la noticia en primera página, con el título: ‘Le Sherif flingue le Caliphe’ y que en español sería ‘El Sherif mata (o más bien destortilla o pulveriza) al Califa’. Por unanimidad los medios franceses encontraron el título ‘¡excelente!’ considerando que señala, que tanto Trump como Al Bagdadi y sus respectivos seguidores son extremistas (en mayor y menor grado obviamente) que se comunican de manera extremista y se entienden entre sí.
Respecto al insulto ‘perro’ toca aclarar que en los países árabes el perro es un animal impuro y ‘perro’ o ‘hijo de perro’ es el peor insulto. De modo que Trump no improvisó cuando insultó a Bagdadi al anunciar su muerte sino que escogió sus palabras a sabiendas de lo que significaban y del mensaje que quiso enviar, aunque después corrigió y quiso rehabilitarse ante el público norteamericano y occidental en general al calificar de ‘lindo’ al perro que participó en la operación contra Bagdadi y quedo (el único) herido.
Ahora surgen preguntas. La que más confunde es por qué Trump decidió retirar a sus hombres de Siria mientras estaba preparando la captura de El Bagdadi. ¿Fue una manera de engañar al terrorista y hacerle creer que los americanos se iban de la región y lo habían olvidado? ¿O, al contrario, una manera de presionar y adelantar la operación para lograr que los norteamericanos la ejecuten antes de partir y contar con la ayuda de los rusos, turcos, kurdos y sirios que le propiciaron las informaciones necesarias y que Trump agradeció públicamente? El futuro lo dirá.
Finalmente nos preguntamos si el mundo se volvió más seguro después de la desaparición de El Bagdadi como lo aseguró Donald Trump. También el futuro lo dirá. Pero hay dudas.
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