Vivo en un país en el que la cancillería no atiende lo que dicen en Estados Unidos. El martes pasado. Repito: el martes pasado, en un boletín de prensa del Comité que supervisa la aprobación del T-MEC en el Congreso de Estados Unidos (Ways and Means) el presidente del comité informó lo que consideró sus triunfos en la negociación del tratado. Sobre la materia laboral escribió:
Monitoreo robusto: los demócratas de la Cámara exigieron nuevos mecanismos y recursos para asegurar que el gobierno de Estados Unidos supervise eficazmente el cumplimiento de las obligaciones laborales del acuerdo específicas para México: • Creación de un comité interinstitucional que supervisará la implementación de la reforma laboral en México y el cumplimiento de las obligaciones laborales. Creación de informes continuos al Congreso. • Establecer puntos de referencia clave para el proceso de implementación de la reforma laboral en México. El incumplimiento de estos puntos de referencia dará lugar a medidas contempladas en el acuerdo. • Establecimiento de agregados laborales que tendrán su sede en México y proporcionarán información desde el terreno sobre las prácticas laborales de México”. Ese mismo día, el líder de la central laboral más importante de Estados Unidos dijo cosas similares. Cuando esta información se publicó en la prensa mexicana, el negociador en jefe, el señor Jesús Seade, lo negó y se enojó. La iniciativa de implementación del tratado enviada por el Ejecutivo estadunidense a su Congreso contiene exactamente lo que habían anunciado los demócratas. El sábado el señor Seade se dijo sorprendido y enojado. Esta vez, con el negociador estadunidense. Mandó una carta y agarró avión rumbo a Washington para mostrar su inconformidad. La verdad es que no hay mucho que hacer. Los monitores son una decisión estadunidense que, estrictamente, no está en lo firmado. Al mismo tiempo, cada uno vigila a su socio como quiera y según la confianza que le tenga. La agregaduría laboral en la embajada estadunidense crecerá. Desde ahí monitorearán y reportarán. Como la DEA, pero del trabajo, pues. ¡Misión cumplida! Dijo la semana pasada el canciller Ebrard. Pues sí.
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