In a trade war, everyone loses, but the United States chose to start a conflict with China almost two years ago, resulting in an escalation of tariffs between the two countries that halted global trade and economic growth.
For that reason, the partial agreement between China and the United States signed last Wednesday provides some peace of mind, as it allows us to predict that global trade will not deteriorate further.
The commercial war between the largest economic powers in the world also motivated other countries to apply restrictions on the entry of goods and services in order to protect their domestic markets. This protectionism altered the price of currencies, halted investments, broke supply chains and reduced production, because everything is interconnected, more so in a globalized economy.
Last year at that point, the growth of world trade essentially came to a halt. The uncertainty caused by trade tensions, and also by Brexit and geopolitical conflicts, damaged the performance of the world economy. The year 2019 ended with a global growth of 2.4%, the worst result since the financial crisis of 2008-2009. In 2020, negative effects are still anticipated from the U.S.-China commercial confrontation. The International Monetary Fund estimates that the losses will add up to $700 billion, an amount that is equal to the size of the entire economy of Switzerland.
A more solid recovery of the global economy will depend on several factors, including the signing of the second phase of the trade agreement between the United States and China, which has not yet been negotiated. The so-called phase one was limited to freezing the escalation of tariffs and China's commitment to buy more goods from the United States, which could affect emerging countries that sell agricultural goods to the Chinese.
The market also wonders if the United States will open new trade conflicts, for it has already threatened to impose tariffs on European countries, Vietnam and Thailand.
En una guerra comercial todos pierden, pero Estados Unidos decidió empezar el conflicto con China hace casi dos años, lo cual derivó en una escalada de aranceles entre ambos países que frenó el comercio y el crecimiento económico mundiales.
Por eso, el acuerdo parcial entre China y Estados Unidos, firmado el miércoles pasado, da cierta tranquilidad, pues permite prever que el comercio global no se deteriorará más.
La guerra comercial entre las mayores potencias económicas del mundo también motivó a que otros países aplicaran restricciones al ingreso de bienes y servicios, con el fin de proteger sus mercados internos. Este proteccionismo alteró la cotización de las monedas, frenó inversiones, rompió cadenas de suministros y redujo la producción, porque todo está interconectado, y más en una economía globalizada.
De ahí que el crecimiento del comercio mundial prácticamente se haya paralizado el año pasado.
La incertidumbre provocada por las tensiones comerciales, pero también por el Brexit y los conflictos geopolíticas, dañaron el desempeño de la economía mundial. El 2019 cerró con 2,4% de crecimiento global, y ese fue el peor resultado desde la crisis financiera del 2008-2009. Para el 2020 todavía se esperan efectos negativos de la confrontación comercial. El Fondo Monetario Internacional calcula que las pérdidas sumarán unos USD 700 000 millones, que equivalen al tamaño de toda la economía de Suiza.
Una recuperación más firme de la economía global dependerá de varios factores, entre ellos, la firma de la segunda fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, que aún no se negocia. La denominada ‘fase uno’ se limitó a congelar la escalada de aranceles y al compromiso de China de comprar más bienes a Estados Unidos, lo cual puede afectar a países emergentes que venden bienes agrícolas a los chinos.
El mercado también se pregunta si Estados Unidos abrirá nuevos conflictos comerciales, pues ya ha amenazado con imponer aranceles a países europeos, Vietnam y Tailandia.
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These costly U.S. attacks failed to achieve their goals, but were conducted in order to inflict a blow against Yemen, for daring to challenge the Israelis.