The Peace Plan That Will Intensify the War

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El plan de paz que aumentará la guerra

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presenta esta semana a los líderes políticos de Israel lo que considera el plan “definitivo” de paz para el medio oriente. Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí y amigo íntimo del republicano, y Benny Gantz, su rival político en las elecciones generales del 2 de marzo, escucharán una propuesta que nace muerta. Todos, incluyendo los participantes de la reunión, jugarán los papeles de sorprendidos e interesados sobre un plan de pacificación vergonzoso que golpea brutalmente a los palestinos.

Desde que en 2017 Washington reconociera a Jerusalén como capital de Israel y diera las órdenes de instalar allí su embajada, los palestinos entendieron que las puertas a cualquier tipo de entendimiento entre las partes estaban cerradas. Todo lo que salga de la cabeza de Trump no será más que pirotecnia inútil, de alcance nulo, cuyo único objetivo es dar espaldarazos al derechista Netanyahu en sus intereses abusivos contra Palestina. Ahora, también, los supuestos propósitos de paz funcionan como buen distractor en épocas de Impeachment.

El actual primer ministro y Gantz afrontan la caricaturesca reunión en Estados Unidos desde posiciones muy distintas. Uno, disminuido en su gobernabilidad, sin mayoría en el parlamento y con procesos judiciales en marcha por corrupción, siente como una mano amiga todo tipo de distractores políticos, sin importar qué tan efectivos sean en la búsqueda de paz. Benny Gantz, por el contrario, que espera quitarle el poder a su rival, logró la invitación por sus altísimas posibilidades en las próximas elecciones, aunque sabe que todo lo que suceda en Washington es un campo minado por su contendiente, un viejo astuto de la política.

Los territorios palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania -cada vez más abusados e intervenidos e invadidos- han vivido los últimos tres años en medio de una profunda desesperanza porque entienden imposible cualquier tipo de acuerdo con Israel. Por eso sus líderes pidieron que ni siquiera les envíen el manuscrito de la propuesta. Saben que, con Trump y Netanyahu, el camino hacia la construcción de los dos Estados es imposible y prefieren no hacer el juego a negociaciones inútiles con un mediador que desde hace años tiene un favorito entre las partes. Así, más que paz, al plan traerá a medio oriente horas de humillación e ira.

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