Trump y el coronavirus: la respuesta inadecuada
El virus pandémico es un enemigo extra-humano, invisible, silencioso y letal. No sólo infecta y mata a la gente directamente; sino que, paradójicamente, al tratar de contenerlo vía confinamiento social, colapsan las economías del mundo y se destruye la vida de millones.
En Estados Unidos, la democracia con la economía más rica del mundo, la respuesta ha sido decepcionante e inadecuada. Su sistema federal, con fuertes división de poderes a nivel estatal y municipal, de por sí constituye una seria limitación estructural a la capacidad del gobierno nacional de responder a la pandemia en forma centralizada, coordinada, adecuada, rápida y efectiva. La limitación estructural se acentuó con la falta de liderazgo oportuno del presidente Trump. El presidente ignoró y minimizó las noticias y lo informes y advertencias que sus agencias de inteligencia le presentaron en enero sobre el peligro del virus. Caracterizó las noticias como una farsa, y aseguró que el patógeno en todo caso sería fácilmente controlado; y acusó a los medios de alarmistas y de querer perjudicar su re-elección.
Pero cuando la pandemia ya era una realidad a mediados de marzo, se evidenció la falta de preparación de su gobierno, así como la demora en liderar y coordinar una respuesta federal.
Crecía la crítica de gobernadores y alcaldes por la falta de instrumentos para pruebas de infección (tests) y de insumos médicos requeridos en los hospitales. La bolsa de valores se derrumbaba (30%) y la economía caía en recesión. Cundía confusión y no se percibía en la presidencia una estrategia o respuesta uniforme, ni sentido de urgencia o propósito común.
Recién a mediados de marzo, el presidente decretó el distanciamiento social voluntario que, luego, ante la creciente gravedad, lo expandió hasta final de abril. Canceló vuelos de China y luego de Europa; impuso un cierre de fronteras; instaló el tele-trabajo para el gobierno; anunció que dos navíos-hospitales llegarían a Nueva York y a los Ángeles; y después de insistir que no era necesario, activó el Decreto de Defensa de la Producción de 1950 para obligar a compañías que produzcan insumos de protección médica y ventiladores. También anunció que el gobierno federal distribuiría los que tuviese disponible. Para enfrentar la crisis sanitaria, ha activado el Centro para el Control de Enfermedades, un Grupo de Tarea, la Agencia Federal de Administración de Emergencias, el Departamento de Salud y el Departamento de Defensa; para el sector económico/financiero, cuenta con la Agencia para Pequeñas Empresas, el Departamento del Tesoro (Ministerio de Economía) y la Reserva Federal (Banco Central).
Pero hasta el 4 de abril (con más de 7.000 muertes), los hospitales en los estados más afectados (New York, California, Washington, Illinois, Michigan, Louisiana) no daban abasto, al igual que doctores, enfermeras y técnicos; escaseaban los instrumentos para el test así como camas, equipos y ropa protectora (guantes, máscaras, batas etc), ventiladores, y no existe medicina o vacuna alguna todavía. Tampoco se observa una política coherente y contundente de confinamiento social a nivel federal ni de distribución de insumos de tratamiento y protección.
Mientras tanto, su secretario del Tesoro y líderes del Senado y la Cámara de Representantes (controlada por los Demócratas), negociaron desde finales de febrero tres paquetes legislativos de emergencia para la provisión de insumos médicos y salvataje de la economía. El más grande se aprobó a finales de marzo, vía la ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica (CARES Act) por el sideral monto de 2.2 trillones de dólares. Trump lo firmó inmediatamente.
La masiva respuesta busca evitar el colapso del sistema económico/financiero, vía garantías, subsidios, préstamos y otros alivios para bancos, corporaciones y familias e individuos, a fin de mantener la liquidez, la producción, el empleo, los servicios y el consumo durante la parálisis económica causada por el confinamiento social.
La ley apunta a mantener funcionando a pequeñas empresas así como a las grandes corporaciones más afectadas (transporte, aviación, automotores, hotelería, gastronomía, turismo). También recibirá alivio el sector bancario y el agrícola-ganadero. En el sector social se distribuirán 300 billones de dls. para hogares e individuos –incluyendo alivios para los pagos de seguros médicos, así como la expansión del seguro de desempleos y de programas de alimentación y nutrición de niños. Asimismo, se beneficiarán trabajadores informales y auto-empleados, jubilados, estudiantes universitarios, fundaciones y organizaciones filantrópicas.
Hospitales dispondrán de subsidios y líneas de crédito para la adquisición de insumos médicos y pagos por el seguro de salud de pacientes. Compañías farmacéuticas y Universidades recibirán apoyo para acelerar el desarrollo de vacunas y remedios, al igual que productores de insumos protectores y ventiladores. Los gobiernos estatales y municipales recibirán billones para evitar despidos y mantener sus servicios de educación, transporte, salud pública, y otros.
Ante la respuesta fragmentada y tardía del gobierno federal los gobernadores de los estados más afectados han asumido el liderazgo de confinar a la población, conseguir insumos de protección y de enfrentar la avalancha de infectados y muertos, sin los recursos médicos necesarios. Su clamor público y demandas sacaron a Trump de su indolencia e ignorancia. El sector privado, también se han unido al esfuerzo nacional. Varias importantes compañías (Ford, GM, 3M, etc) han anunciado que reconvertirán o acelerarán su capacidad productiva de insumos, testing kits, medicinas y el desarrollo de vacunas.
Habrá que ver si el gobierno puede implementar el alivio y rescate con rapidez y efectividad (lo que ya está en duda), y toca a los ciudadanos permanecer atrincherados y tomando todas las precauciones necesarias, comenzando con el lavado constante de las manos y el distanciamiento social, para disminuir el contagio y hasta que se encuentre una medicina o vacuna.
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.