Trump’s Great Enemy

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El gran enemigo de Trump

Bernie Sanders no ha querido alargar su calvario en la carrera por la nominación demócrata a la Casa Blanca y ha dejado el camino expedito para que Joe Biden se enfrente a Donald Trump en las elecciones previstas para noviembre. Sanders no se recuperó del golpe de las primarias de Carolina del Sur, donde miles de afroamericanos prefirieron apoyar a un Biden que pocas semanas antes parecía estar más muerto que vivo. La decisión de Sanders satisface al establishment demócrata, que siempre ha pensado que era un candidato demasiado radicalizado a la izquierda para poder ganar a Trump. Con Biden se sienten más confiados en lograr una victoria que antes del coronavirus parecía una misión imposible.

Pero los errores, meteduras de pata y bravuconadas que Trump ha ido haciendo diariamente en torno a lo que él mismo bautizó como “el virus chino” están provocando el desconcierto de su electorado, mientras las víctimas mortales se disparan sin control por todos los estados del país. El estilo de Trump de disparar contra todo y contra todos podía servirle mientras la situación económica le ­sonreía, pero cuando la pandemia ha llevado al paro a diez millones de personas en sólo dos semanas, las bromas se vuelven contra él.

Biden, seguramente bien aconsejado, se tomó muy en serio la amenaza del coronavirus desde el principio, y se recuerda una intervención suya de tono grave advirtiendo del peligro que podía generar en América, mientras Trump tuiteaba una de sus habituales burlas contra los débiles que se preocupaban por el virus. Su primera declaración seria sobre el tema a finales de febrero fue para decir que el nivel de propagación del virus en su país era “muy bajo”.

Si las expectativas de los epidemiólogos se confirman, el virus provocará unas altísimas cifras de mortandad en el país que van a erosionar seriamente las opciones de Trump. Ya puede intentar ahora aparecer como un líder preocupado por la pandemia y volcarse en conferencias de prensa. La hemeroteca le condena, y los próximos meses no van a ser nada agradables para su equipo en la Casa Blanca. Trump ya tiene rival en las elecciones, pero seguramente su principal enemigo no será Biden, sino la pésima gestión que ha hecho de la pandemia.

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