US Election: Will There Be a Winner on Nov. 4?

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Elecciones en EU; ¿habrá ganador el 4 de noviembre?

La elección presidencial en Estados Unidos será un proceso atípico y de pronóstico reservado. Sus resultados podrían acarrear consecuencias desastrosas para ese país, y más allá. Antes de la pandemia, Donald Trump tenía altas probabilidades de reelegirse, mientras los demócratas no encontraban una narrativa coherente. Ahora el panorama es radicalmente distinto.

En medio de la grave crisis sanitaria y una extrema polarización social, Joe Biden es claro puntero en las encuestas y se perfila ganador; sin embargo, una “mayoría silenciosa” también acecha para asegurar un segundo mandato del republicano.

Trump ha declarado que no está dispuesto a aceptar la derrota. Perder, para él, significaría ir a juicio y quizás a la cárcel. Anticipa un fraude electoral, presuntamente por la emisión de votos a través del correo postal. No es un tema menor, 46 estados, con 190 millones de votantes, permitirán el sufragio sin acudir a las urnas. Estos votantes se localizan, mayoritariamente, en zonas urbanas de inclinación demócrata.

De acuerdo con el Pew Research Center, alrededor del 60% de los partidarios de Biden prefieren votar por correo, en contraste con 19% de los que apoyan a Trump. De ahí el ataque sistemático para deslegitimar y debilitar al sistema postal.

A lo anterior, se agrega un anticipado conflicto post-electoral en los llamados swing states: Michigan, Wisconsin y Pensilvania. En estos estados la contienda es tan cerrada que no sería posible anunciar un ganador la noche del 3 de noviembre, o en días posteriores.

Existen pues altas probabilidades de un escenario de parálisis e incertidumbre. Se aproximarían meses de batallas legales, políticas y de creciente inestabilidad social. Esta no es solo una elección de EEUU, tiene implicaciones globales. Las amenazas de Trump de desconocer una victoria de Biden no deben tomarse a la ligera, es el presidente del país más poderoso.

A dos meses de la elección hay más dudas que certezas. Las instituciones democráticas de aquel país están a prueba, en un proceso electoral de alto riesgo que, probablemente, no pueda definir con claridad ni rapidez quién será su próximo presidente.

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