The Best Thing for Trump

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Lo mejor para Trump

Subestimarle como en las elecciones del 2016 no hace más que beneficiar a Donald Trump

A dos semanas de las presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump ha empezado a hablar en público sobre la posibilidad de ser derrotado el 3 de noviembre. Durante un mitin en la decisiva Georgia, el presidente preguntó el viernes por la noche a sus incondicionales: «¿Se imaginan si pierdo? Toda mi vida, ¿qué voy a hacer? Voy a decir: ‘Perdí contra el peor candidato de la historia de la política’. No me voy a sentir nada bien. Tal vez tenga que dejar el país. No lo sé».

Que se sepa, entre los muchos efectos colaterales que sufren los contagiados por Covid-19, no figuran espontáneos arranques de sinceridad. Y por supuesto, Trump no ha perdido su extraordinario olfato político que le caracteriza. Sabe perfectamente que lo mejor que le puede ocurrir en la recta final de la campaña es volver a ser subestimado como en 2016. Tras cinco años de trumpismo en vena, queda claro que el líder populista se crece cuando se siente acorralado y no se le toma en serio. En eso consiste la estrategia de «underdog» que ha resucitado para lograr otros cuatro años en la Casa Blanca y desacreditar otra vez todos los pronósticos en su contra.

Trump puede ser muchas cosas pero no es irrelevante. En esencia, poco o nada tiene nada que ver con la derecha americana, ni el conservadurismo, ni el libertario Tea Party, ni con Barry Goldwater o Ronald Reagan. Tampoco es el último defensor de Occidente ni un baluarte de valores tradicionales. Trump fundamentalmente es de Trump. Es decir, un mentiroso compulsivo que ha sabido apalancarse en problemas tan reales como dolorosos. Su carrera política se cimienta en un ajuste de cuentas contra las élites de EE.UU. y la frustración de sectores sociales como la clase trabajadora blanca.

Por eso, llama la atención todos los que insisten en repetir las falacias propagadas por Steve Bannon sobre el trumpismo como una inevitable y revolucionaria culminación de un ciclo decisivo en la historia americana. Bannon es un estafador no es Nostradamus.

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