Tension in the North

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Las Elecciones 2020 en Estados Unidos mantienen en vilo a la sociedad norteamericana, de cara al resultado final.

Las actuales elecciones en Estados Unidos, aún sin un claro vencedor, dejan muchas aristas que reflejan la realidad del sistema electoral en la poderosa nación norteña.

Aunque la mayoría de las encuestas daban como favorito al candidato demócrata Joe Biden sobre el republicano Donald Trump, nadie se atrevía a pronosticar 100 por ciento, un éxito rotundo del partido Azul.

Y es que la postura del actual mandatario previo al martes 3 de noviembre dejaba claro que no estaba dispuesto a dejar la Casa Blanca, como lo ha reafirmado en recientes declaraciones al ver que su oponente remontaba diferencias en estados claves para decidir el destino de la silla presidencial para los próximos cuatro años.

Ante unas elecciones atípicas, debido a la pandemia de la COVID-19 y donde Estados Unidos es el país con mayor número de casos confirmados y de fallecidos, el voto anticipado y por correo se elevó en las fechas previas al martes 3, a punto de que más de 100 millones de electores ejercieron su derecho; sin embargo, la abstención volvió a ser tan protagonista como los candidatos.

Con varios capítulos aún por presentar hasta el esperado “The End”, esta telenovela con guiones escritos desde pasados siglos, exhibió este 2020 una característica acrecentada por el actual presidente que afecta a los norteamericanos como nación.

La actitud de los ciudadanos, ahora exacerbadas por las “perretas” del magnate inmobiliario, divide a los norteamericanos en una sociedad marcada este año por varias protestas ante problemáticas como la discriminación racial, la diversidad de género, la pésima actitud gubernamental para manejar la pandemia y el rechazo y criminalización de los latinos, acentuada con la idea de la edificación del muro fronterizo, tema este último que le pasó factura a Trump en la urnas en Arizona, donde se preveía una victoria segura de los Rojos.

La actitud de los ciudadanos, ahora exacerbadas por las “perretas” del magnate inmobiliario, divide a los norteamericanos.

Específicamente tres temas preocupaban a los votantes latinos, una población con altos índices de desatención en términos de salud y finanzas por la pandemia del coronavirus y ellos son la economía, la atención médica y la gestión de la COVID-19.

Más allá de posibles litigios esgrimidos por los republicanos u otro proceso que dilate el resultado final, si Biden, de 77 años, se convierte en el presidente número 46 de Estados Unidos, tendrá ante sí un país dividido y con una tarea dantesca por delante que va más allá de partidos políticos y sí de acertada gestión gubernamental.

Aunque los grandes medios de comunicación centran su atención esta semana en las elecciones, la crisis por la pandemia está latente. Seguramente pocos norteamericanos conocieron que el pasado día 5 la nación estableció otro récord de contagios, con 121 888 casos positivos, para acercarse a la cifra de 10 millones, mientras que los decesos superan ya los 235 mil en todo el país.

Y si la batalla electoral ejerce demasiados dolores de cabeza a Trump antes, durante y después de los comicios, otros iceberg se le avecinan.

A las acusaciones sobre sus posibles fraudes fiscales, se une ahora una nueva querella presentada por el representante demócrata por Nueva Jersey, Bill Pascrell quien confirmó la intención de la Oficina del Fiscal Especial de Estados Unidos (EE.UU.) de iniciar una investigación al mandatario pues su equipo de campaña empleó la Casa Blanca como centro de comando y una sala de fiestas.

Ello violaría las leyes estadounidenses, entre ellas la denominada Ley Hatch, la cual coloca límites a la actuación de los empleados del Gobierno que les prohíbe ocupar la mayoría de los cargos públicos electos, participar en campañas políticas, recaudar fondos para candidatos políticos o tener en cuenta la afiliación política a la hora de contratar empleados.

Es esta la panorámica que se presenta en una semana marcada por la incertidumbre, las tensiones y las protestas de varios sectores de la sociedad norteamericana a favor de uno u otro candidato.

Por el momento, solo resta esperar el final de este filme de suspenso, que al más puro estilo hollywoodense, centra la atención de muchos, pero satisface a pocos.

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